Página 455 - Consejos para la Iglesia (1991)

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Capítulo 61—La crisis venidera
A medida que la falta de respeto por la ley de Dios se vuelve
más manifiesta, se hace más distinta la raya de demarcación entre
sus observadores y el mundo. El amor hacia los preceptos divinos
aumenta en una clase de personas en la medida en que en otra clase
aumenta el desprecio hacia ellos.
La crisis se está acercando rápidamente. Las cifras que suben
velozmente demuestran que está por llegar el tiempo de la visitación
de Dios. Aunque le repugna castigar, castigará sin embargo, y lo
hará prestamente.
El día de la venganza de Dios está por sobrecogernos. El sello
de Dios será puesto únicamente sobre las frentes de aquellos que
suspiran y lloran por las abominaciones que son cometidas en la
tierra. Los que simpatizan con el mundo, comen y beben con los
borrachos, serán destruidos con los que hacen iniquidad. “Porque
los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus
oraciones; pero el rostro del Señor está contra aquellos que hacen el
mal”.
1 Pedro 3:12
.
Nuestra propia conducta determina si recibiremos el sello del
Dios viviente, o si seremos abatidos por las armas destructoras.
Ya han caído sobre la tierra algunas gotas de la ira divina; pero
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cuando se derramen las siete últimas plagas sin mixtura en la copa
de su indignación entonces será para siempre demasiado tarde para
arrepentirse y hallar refugio. No habrá entonces sangre expiatoria
que lave las manchas del pecado.
No todos los que profesan observar el sábado serán sellados.
Aun entre los que enseñan la verdad a otros hay muchos que no
recibirán el sello de Dios en sus frentes. Tuvieron la luz de la verdad,
conocieron la voluntad de su Maestro, comprendieron todo punto
de nuestra fe, pero no hicieron las obras correspondientes. Los
que conocieron tan bien la profecía y los tesoros de la sabiduría
divina, debieran haber actuado de acuerdo con su fe. Debieran haber
mandado a sus familias tras sí, para que por medio de un hogar bien
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