Página 459 - Consejos para la Iglesia (1991)

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La crisis venidera
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calumnia serán para Dios el medio de provocar investigación y
despertar las mentes que de otra manera dormitarían
Como pueblo no hemos hecho la obra que Dios nos ha confiado.
No estamos listos para la crisis que nos impondrá la promulgación
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de la ley dominical. Es deber nuestro, mientras vemos las señales de
que se acerca el peligro, levantarnos y obrar. Nadie se quede sentado
en serena expectación del mal, consolándose con la creencia de que
esta obra debe ir adelante porque la profecía lo ha predicho, y que
el Señor protegerá a su pueblo. No estamos haciendo la voluntad
de Dios si permanecemos quietos sin hacer nada para preservar la
libertad de conciencia. Deben ascender a Dios oraciones fervientes
y eficaces para que esta calamidad sea diferida hasta que podamos
realizar la obra que durante tanto tiempo ha sido descuidada. Elé-
vense oraciones muy fervientes; y luego trabajemos en armonía
con nuestras oraciones. Puede parecer que Satanás triunfa y que la
verdad está abrumada por la mentira y el error. Pero Dios quiere que
recordemos cómo en lo pasado él salvó a su pueblo de sus enemigos.
Siempre eligió para manifestar su poder los momentos de extrema
necesidad, cuando no parecían tener posibilidad de verse librados
de la acción de Satanás. La necesidad del hombre es la oportunidad
de Dios.
Hermanos míos, ¿comprendéis que vuestra propia salvación,
como también el destino de otras almas, depende de los preparativos
que hagáis para la prueba que nos espera? ¿Tenéis el celo intenso,
la piedad y la devoción que os capacitarán para subsistir cuando
hayáis de hacer frente a la oposición? Si alguna vez Dios habló
por mí, llegará el momento cuando seréis llevados ante concilios, y
se criticará severamente todo punto de la verdad que sostenéis. El
tiempo que tan pródigamente se desperdicia ahora, debiera dedicarse
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al encargo que Dios nos ha hecho de prepararnos para la crisis
inminente
Los juicios de Dios
Nos estamos acercando al fin del tiempo. Me ha sido mostrado
que los juicios retributivos de Dios ya están sobre la tierra. El Señor
nos ha advertido de los acontecimientos que están por suceder. Res-
plandece la luz de su Palabra, y sin embargo, las tinieblas cubren