Capítulo 12—La leche y el azúcar
533. Acerca de la leche y el azúcar, diré lo siguiente: Conozco
personas que se han asustado por la reforma pro salud, y han dicho
que no querían saber nada de ella, porque hablaba contra el uso
copioso de estas cosas. Los cambios deben hacerse con gran cuidado;
y debemos obrar cautelosa y sabiamente. Necesitamos seguir una
conducta que nos recomiende a los hombres y mujeres inteligentes
del país. Las grandes cantidades de leche y azúcar ingeridas juntas
son perjudiciales. Comunican impurezas al organismo. Los animales
de los cuales se obtiene la leche no son siempre sanos. Pueden
sufrir enfermedades. Una vaca puede estar aparentemente sana por
la mañana y morir antes de la noche. En tal caso estaba enferma por
la mañana, y su leche también; pero no lo sabíais. La creación animal
está llena de enfermedades, y las carnes también. Si pudiésemos
saber que los animales estaban en perfecta salud, yo recomendaría a
la gente que comiese carne antes que grandes cantidades de leche
y azúcar. No les haría el daño que les hacen estas últimas cosas.
El azúcar recarga el organismo y estorba el trabajo de la máquina
viviente.—
Joyas de los Testimonios 1:189, 190 (1870)
.
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534. Con frecuencia me siento a las mesas de los hermanos y
veo que usan grandes cantidades de leche y azúcar. Estas recargan
el organismo, irritan los órganos digestivos y afectan el cerebro.—
Joyas de los Testimonios 1:190 (1870)
.
[
Para el contexto, véase 527
.]
535. Algunos usan leche y una gran cantidad de azúcar en sus
gachas, pensando que están poniendo en práctica nuestra reforma
pro salud. Pero el azúcar y la leche combinados pueden producir
fermentación en el estómago, y por eso son dañinos.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 57
;
Counsels on Health, 154 (1890)
.
536. Particularmente dañinos son los flanes cuyos ingredientes
principales son la leche, los huevos y el azúcar. Debe evitarse el con-
sumo copioso de la leche con azúcar.—
El Ministerio de Curación,
232 (1905)
.
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