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Tabla de Contenidos
| Información sobre este libro | 5 |
| Prólogo | 8 |
| Fechas en que los trozos fueron escritos o publicados por primera vez | 26 |
| Sección 1—Razones de la reforma | 27 |
| Para la gloria de Dios | 27 |
| Buscad la perfección | 28 |
| Un asunto de obediencia | 28 |
| Penalidad de la ignorancia | 31 |
| No siempre son ignorantes | 31 |
| La responsabilidad por la luz | 31 |
| Una ofrenda sin tacha | 32 |
| Una ofrenda despreciable | 33 |
| El porqué de la luz de la reforma pro salud | 34 |
| La importancia de los principios de la salud | 35 |
| A la vanguardia de los reformadores | 36 |
| La reforma pro salud y la oración por el enfermo | 37 |
| Una lección aprendida del fracaso de Israel | 39 |
| La carrera cristiana | 39 |
| El ejemplo de Daniel | 40 |
| Falta de preparación para el fuerte clamor | 44 |
| Preparación para el refrigerio | 45 |
| Un llamado a los vacilantes | 46 |
| Todos son probados | 47 |
| La verdadera reforma es la reforma del corazón | 47 |
| Una cuestión de primordial importancia | 48 |
| Un frente unido | 50 |
| El tropezar contra la bendición | 51 |
| Considerad el juicio | 52 |
| Sección 2—El régimen alimenticio y la espiritualidad | 55 |
| La intemperancia como pecado | 55 |
| Cuando la santificación es imposible | 56 |
| La ignorancia voluntaria aumenta el pecado | 57 |
| Efectos mentales de la desobediencia a la ley física | 58 |
| El efecto sobre la apreciación de la verdad | 59 |
| Efectos sobre el discernimiento y la decisión | 61 |
| El efecto sobre la influencia y la utilidad propias | 65 |
| “Hacedlo todo para la gloria de Dios” | 68 |
| Relación con la vida victoriosa | 69 |
| La relación del régimen alimenticio con las normas morales | 73 |
| Sección 3—La reforma pro salud y el mensaje del tercer ángel | 79 |
| Como la mano para el cuerpo | 79 |
| La obra de Elías y de Juan como símbolo | 81 |
| Dad el debido lugar a la obra en favor de la salud | 83 |
| Necesidad de dominio propio | 83 |
| Los pastores y los miembros deben obrar de concierto | 84 |
| Una parte del mensaje, pero no su totalidad | 85 |
| Su relación con las instituciones médicas | 85 |
| Una cuña de entrada | 86 |
| Para quitar prejuicios y aumentar la influencia | 87 |
| Sección 4—El régimen alimenticio debido | 89 |
| Capítulo 1—El régimen original | 90 |
| Capítulo 2—El régimen sencillo | 92 |
| Una ayuda para lograr una percepción rápida | 92 |
| Ahorrando mucho sufrimiento | 92 |
| La recompensa de la perseverancia | 94 |
| Avancemos | 94 |
| Régimen alimenticio para las reuniones campestres | 95 |
| La comida para el picnic | 96 |
| Sencillez al hospedar a otros | 97 |
| Listos para el huésped inesperado | 99 |
| Pensad menos en el alimento temporal | 100 |
| La influencia reformadora de una vida sencilla | 100 |
| Capítulo 3—Un régimen alimenticio adecuado | 102 |
| Capítulo 4—El régimen en diversos países | 106 |
| Sección 5—Fisiología de la digestión | 109 |
| La recompensa de respetar las leyes de la naturaleza | 109 |
| Efectos físicos de comer en exceso | 109 |
| Traba la maquinaria | 110 |
| La digestión es ayudada por el ejercicio moderado | 111 |
| La ayuda del aire puro | 112 |
| La molestia de una dieta líquida | 113 |
| Los alimentos deben ser calientes, pero no demasiado | 114 |
| La fuerza vital debilitada por los alimentos fríos | 114 |
| Una advertencia a las personas ocupadas | 115 |
| Comed lentamente, masticando en forma completa | 115 |
| Una lección que debe ser repetida | 116 |
| Evitad la indebida ansiedad | 117 |
| La combinación de los alimentos | 118 |
| Guerra en el estómago | 119 |
| Estómagos pacíficos y temperamentos pacíficos | 120 |
| Frutas y verduras | 120 |
| Postres suculentos y verduras | 121 |
| Azúcar y leche | 121 |
| Las mezclas suculentas y complicadas | 122 |
| Sección 6—Los hábitos de alimentación inconvenientes como causa de enfermedad | 123 |
| Una herencia de degeneración | 123 |
| Ignorancia voluntaria de las leyes de la vida | 125 |
| Los resultados sociales del apetito incontrolado | 126 |
| Leyes violadas: naturales y espirituales | 127 |
| Sufrimiento acarreado por uno mismo | 127 |
| La enfermedad sigue a la complacencia del apetito | 128 |
| Preparando el camino para la ebriedad | 129 |
| Hígado enfermo debido a un régimen erróneo | 130 |
| Efecto del comer impropio sobre el ánimo | 132 |
| Llamamiento a adoptar la reforma | 132 |
| Sección 7—El comer en exceso | 135 |
| Un pecado común pero grave | 135 |
| Embarazando la maquinaria humana | 135 |
| La glotonería como ofensa capital | 137 |
| Un proceder que incita a la glotonería | 138 |
| La causa de la debilidad física y mental | 139 |
| Modorra durante el culto | 141 |
| Una causa de olvidos | 142 |
| Consejos a los obreros sedentarios y a los ministros | 142 |
| La indigestión y las reuniones de junta | 144 |
| No son ninguna recomendación de la reforma pro salud | 145 |
| Cavan sus tumbas con sus dientes | 146 |
| Sección 8—El dominio del apetito | 147 |
| La falta de dominio propio es el primer pecado | 147 |
| Los días de Noé y los nuestros | 148 |
| Esaú vencido por el apetito | 150 |
| La codicia de Israel por la carne | 150 |
| Adorando en el santuario del apetito pervertido | 152 |
| La victoria de Cristo en nuestro favor | 153 |
| El ejemplo de la victoria de Daniel | 156 |
| Nuestro deber cristiano | 157 |
| Esclavos del apetito | 159 |
| El efecto de la complacencia física, mental y moral | 161 |
| Un día futuro de remordimiento | 162 |
| El apetito antinatural debe ser restringido | 162 |
| La utilidad de los obreros de Dios depende de que dominen su apetito | 163 |
| Un ruego a los colaboradores | 164 |
| La conducta abstemia aumenta el vigor | 165 |
| La relación de los hábitos con la santificación | 166 |
| Se requiere una decisión del carácter | 167 |
| La tentativa fútil de una reforma gradual | 168 |
| El ruego de Pedro | 169 |
| Por el poder de la voluntad y la gracia de Dios | 170 |
| Una cuestión de valor moral | 171 |
| La victoria en Cristo | 172 |
| Sección 9—La regularidad en las comidas | 173 |
| Capítulo 5—Número de comidas | 174 |
| El estómago necesita descanso | 174 |
| Ingiérase un desayuno sustancioso | 174 |
| Cenas tardías | 174 |
| El plan de las dos comidas | 177 |
| Como remedio de la irritabilidad | 178 |
| No se obligue a nadie a descartar la tercera comida | 178 |
| No ha de ser una prueba | 179 |
| Resultados objetables al insistir en el plan de dos comidas en los colegios | 179 |
| Capítulo 6—El comer entre horas | 180 |
| Sección 10—El ayuno | 185 |
| Sección 11—Los extremos en el régimen alimenticio | 193 |
| Valor de una conducta consecuente | 193 |
| Ideas erróneas acerca de la reforma | 195 |
| Evítese un régimen empobrecido | 197 |
| Hay que variar los menús | 198 |
| La consideración de las necesidades individuales | 199 |
| No se debe adelantar el tiempo de angustia | 200 |
| Cuando la reforma pro salud se deforma | 201 |
| El alimento debe ser apetitoso | 205 |
| Influencia perjudicial de los extremistas | 206 |
| Opiniones y pruebas personales | 207 |
| Errar en favor del pueblo es preferible al extremo opuesto | 209 |
| Deben evitarse ambos extremos | 210 |
| Sección 12—El régimen durante el embarazo | 213 |
| Sección 13—El régimen durante la infancia | 219 |
| Consejos basados en la instrucción divina | 219 |
| El niño | 220 |
| Regularidad en las comidas | 222 |
| Educación temprana del apetito | 223 |
| La satisfacción propia y la impiedad | 225 |
| Estudiemos la sencillez | 226 |
| La intemperancia fomentada | 226 |
| Enseñadles a aborrecer los estimulantes | 228 |
| Alimentos especialmente perjudiciales para los niños | 229 |
| La supresión de las tendencias al mal | 230 |
| La cruel bondad de la complacencia | 231 |
| Observaciones de viaje | 232 |
| La causa de la irritabilidad y la nerviosidad | 235 |
| La relación del régimen con el desarrollo moral | 236 |
| La corrupción entre los niños | 237 |
| Enseñad a los niños cómo hacer frente a la tentación | 239 |
| Sección 14—Método de cocinar saludable | 241 |
| El cocinar deficiente es un pecado | 241 |
| El respeto que merece quien cocina | 242 |
| Es el deber de toda mujer llegar a ser una cocinera capaz | 243 |
| Aprendan a cocinar los hombres y las mujeres | 243 |
| Hay que estudiar las revistas de salud | 244 |
| Estimúlese el desarrollo del talento individual | 244 |
| Un llamado a establecer escuelas de cocina | 244 |
| La reforma pro salud y la buena cocina | 245 |
| El cambio de un régimen a base de carne | 245 |
| La forma pobre de cocinar es una causa de enfermedad | 246 |
| Epitafios apropiados | 247 |
| Estúdiese la economía | 248 |
| Vidas sacrificadas por comer a la moda | 248 |
| La selección y preparación de los alimentos es importante | 249 |
| El desayuno estereotipado | 250 |
| Estudiad y practicad | 250 |
| Son más esenciales las lecciones sobre arte culinario que sobre música | 253 |
| Enseñad los misterios del arte culinario | 254 |
| Sección 15—Los alimentos sanosy los restaurantes higiénicos | 257 |
| Del proveedor celestial | 257 |
| Como el maná | 257 |
| Conocimiento divinamente impartido | 258 |
| Sencillo, fácil de preparar, saludable | 259 |
| Más sencillos y más económicos | 260 |
| A medida que aumente el hambre, los alimentos serán simplificados | 261 |
| La lección de Cristo sobre la economía | 261 |
| Alimentos obtenidos de productos locales en diferentes países | 262 |
| Los alimentos sanos han de preceder a las fases avanzadas de la reforma pro salud | 262 |
| Los ingredientes a base de nueces han de usarse con mesura | 263 |
| Restaurantes higiénicos en los congresos | 264 |
| Nuestros restaurantes han de proceder por principio | 265 |
| Evítense las combinaciones complejas | 266 |
| La misión de los restaurantes higiénicos | 266 |
| El propósito final de la obra con los alimentos sanos | 267 |
| Sección 16—El régimen alimenticio en los sanatorios | 269 |
| Cuidado racional y buen alimento | 269 |
| Responsabilidad de médicos, dietólogos y enfermeros | 269 |
| Búsquese la comodidad y la buena voluntad de los pacientes | 270 |
| Exíjase solamente los cambios necesarios en los hábitos y las costumbres | 271 |
| Realizad gradualmente los cambios dietéticos | 272 |
| Variad el menú | 275 |
| La influencia de las raciones exiguas y de los alimentos de mal sabor | 277 |
| Los alimentos a base de carne no deben ser parte de la dieta del sanatorio | 278 |
| No debe prescribirse la carne | 279 |
| Precaución que debe tomarse al prescribir alimentos exentos de carne | 279 |
| “No permitáis que aparezca” | 281 |
| El servir té, café y carne en las piezas de los pacientes | 282 |
| No debe prescribirse té, café y carne | 282 |
| No han de servirse bebidas alcohólicas | 283 |
| Platos que despierten el apetito | 283 |
| Alimentos para inválidos | 284 |
| La educación que proporciona la mesa del sanatorio | 284 |
| La mesa de los ayudantes | 285 |
| El cocinero, un misionero médico | 285 |
| Sección 17—El régimen alimenticio como remedio racional | 287 |
| Agentes medicamentosos de la naturaleza | 287 |
| Algunas cosas que podemos hacer por nosotros mismos | 288 |
| La fe y la forma correcta de comer y beber | 289 |
| Remedios racionales en los sanatorios | 289 |
| El régimen alimenticio como remedio | 290 |
| La temperancia estricta como remedio para la enfermedad | 291 |
| Se necesita la mejor clase de alimentos | 292 |
| Sección 18—Frutas, cereales, legumbres y hortalizas | 293 |
| Capítulo 7—Las frutas | 294 |
| Capítulo 8—Los cereales | 299 |
| Capítulo 9—El pan | 302 |
| Lo que sostiene la vida | 302 |
| Hay religión en un buen pan | 302 |
| El uso de la sosa en el pan | 302 |
| El pan viejo es preferible al fresco | 304 |
| Los males del pan agrio | 304 |
| La ventaja de usar pan y otros alimentos duros | 305 |
| Panecillos blandos calientes | 306 |
| Bollos | 306 |
| El pan integral es mejor que el pan blanco | 307 |
| Los cereales que se usan en el pan pueden ser variados | 307 |
| Panes dulces | 308 |
| Capítulo 10—Las legumbres y hortalizas | 309 |
| Legumbres y hortalizas frescas preparadas con sencillez | 309 |
| Una parte de un régimen completo | 309 |
| Abundancia de verduras | 310 |
| Algunos no pueden usar verduras | 310 |
| Papas y batatas (camotes) | 310 |
| Los frijoles son un plato saludable | 311 |
| Cultivad y conservad legumbres y hortalizas | 311 |
| Verduras y tomates en el régimen de Elena G. de White | 311 |
| Sección 19—Los postres | 313 |
| Sección 20—Los condimentos, etc. | 325 |
| Sección 21—Las grasas | 337 |
| Capítulo 19—La mantequilla | 338 |
| Una reforma progresiva | 338 |
| Reemplazada con aceitunas, crema, nueces y alimentos sanos | 338 |
| No es lo mejor para los niños | 339 |
| El uso abundante obstruye la digestión | 339 |
| Cuando no puede obtenerse la clase más pura de mantequilla | 340 |
| No han de ser clasificados con la carne | 340 |
| Permítase que otros tengan sus convicciones | 341 |
| Cautela contra los extremos | 341 |
| Capítulo 20—La manteca de cerdo y la grasa | 343 |
| Capítulo 21—La leche y la crema | 345 |
| Capítulo 22—Las aceitunas y el aceite de olivas | 350 |
| Sección 22—Las proteínas | 351 |
| Sección 23—Las carnes (continuación de “las proteínas”) | 361 |
| El régimen a base de carne—Un resultado del pecado | 361 |
| Depravación de los antediluvianos | 362 |
| El fracaso y la pérdida espiritual de Israel | 362 |
| El régimen sin carne ha de modificar el temperamento | 363 |
| Rebelión y castigo | 364 |
| El propósito de Dios para Israel | 366 |
| Un ejemplo para nosotros | 366 |
| De vuelta al régimen original | 368 |
| La preparación para la traslación | 369 |
| Perfeccionando la santidad | 370 |
| El consumo de carne es especialmente peligroso ahora | 372 |
| Los animales sufren su efecto | 373 |
| Los efectos físicos de un régimen a base de carne aumentan la propensión a la enfermedad y a la muerte repentina | 374 |
| Sangre enferma | 375 |
| Cáncer, tuberculosis, tumores | 376 |
| Disminuye el vigor mental | 376 |
| Fortalece las pasiones bajas | 377 |
| La conducta más segura | 379 |
| No se reconoce la causa | 379 |
| El cerdo es especialmente condenado | 380 |
| La grasa y la sangre animal | 381 |
| El pescado a menudo está contaminado | 382 |
| Reconocimiento de condiciones de emergencia | 382 |
| Un régimen sin carne es adecuado | 384 |
| ¿Por qué usar alimento de segunda mano? | 384 |
| La carne es un estimulante típico | 385 |
| Provéanse sustitutos | 386 |
| Excusas ilógicas | 386 |
| Llamados fervientes a practicar la reforma | 387 |
| Fuerza para resistir por medio del ayuno y la oración | 388 |
| Cuando la oración por sanidad es inconsecuente | 388 |
| Dirigentes en la reforma | 389 |
| Un resumen | 391 |
| La reforma progresiva en la alimentación en las instituciones adventistas | 393 |
| Llamados a establecer un régimen sin carne en nuestras primeras instituciones médicas (1884) | 394 |
| Haciendo frente al asunto honradamente | 399 |
| Una segunda carta para hacer frente al mismo asunto | 401 |
| Permanezcamos fieles a nuestros principios | 403 |
| Sección 24—Las bebidas | 405 |
| Capítulo 26—El agua como bebida | 406 |
| Capítulo 27—El té y el café | 408 |
| Los efectos estimulantes del té y el café | 408 |
| Crea excitación nerviosa, y no fuerza | 411 |
| No tienen valor alimenticio | 412 |
| La percepción espiritual embotada | 412 |
| El deseo vehemente interfiere el culto espiritual | 413 |
| Los transgresores dominados por el estupor no son sin culpa | 413 |
| Una batalla perdida contra el apetito | 414 |
| El conflicto entre la verdad y la complacencia de sí mismo | 415 |
| Las raíces de la intemperancia | 416 |
| Una sugestión de Satanás | 418 |
| Capítulo 28—Sustitutos a base de cereales para el té y el café | 419 |
| Capítulo 29—La sidra | 420 |
| Capítulo 30—Jugo de fruta | 425 |
| Sección 25—La enseñanza de los principios de la salud | 427 |
| Capítulo 31—Ha de darse instrucción sobre los temas de la salud | 428 |
| La necesidad de impartir educación higiénica | 428 |
| Muchos serán iluminados | 429 |
| Esfuerzo de avanzada en la enseñanza de los principios de la reforma pro salud | 429 |
| La tienda médica en el campamento | 430 |
| Por el ejemplo, así como por el precepto | 431 |
| En nuestros sanatorios | 431 |
| Enséñese a los pacientes cómo deben cuidarse en casa | 432 |
| Debe darse instrucción sobre temperancia | 432 |
| Naturaleza abarcante de la reforma requerida | 433 |
| Hojas del árbol de la vida | 434 |
| Preparación para la oración en procura de sanidad | 434 |
| La responsabilidad del médico de iluminar a sus pacientes | 435 |
| Un solemne encargo | 436 |
| Los reformadores del régimen necesitan valor moral | 436 |
| Cooperación entre los sanatorios y los colegios | 437 |
| En la obra evangelística y en las misiones de las ciudades | 438 |
| Enseñen los ministros los principios de la reforma | 438 |
| Un llamado a los pastores, a los presidentes de asociación y a otros dirigentes | 439 |
| Educación sobre salud en el hogar | 442 |
| La obra de Dios obstaculizada por una complacencia egoísta | 442 |
| Cada miembro ha de impartir la verdad | 443 |
| Estableced nuevos centros | 444 |
| Educadores, avanzad | 444 |
| Capítulo 32—Como presentar los principios de la reforma pro salud | 446 |
| Mantened en vista el gran objeto de la reforma | 446 |
| Seguid los métodos del salvador | 447 |
| Usad de tacto y cortesía | 447 |
| La reforma en el régimen alimenticio debe ser progresiva | 448 |
| Folletos sobre la reforma pro salud | 450 |
| Manejad con sabiduría el asunto de la carne | 450 |
| Tiempo para guardar silencio | 451 |
| Un método erróneo de trabajar | 452 |
| Enseñad por medio del ejemplo | 453 |
| Presentad la temperancia en su forma más atractiva | 453 |
| Encontrad a la gente donde está | 454 |
| Haciendo frente a puntos de vista extremos—Una declaración histórica | 455 |
| Capítulo 33—Las escuelas de cocina | 458 |
| Una obra de la mayor importancia | 458 |
| En toda iglesia, escuela de iglesia y campo misionero | 459 |
| Su debido lugar | 459 |
| Un agente reformador | 460 |
| Enseñando de casa en casa | 461 |
| Enseñando la reforma en la alimentación en reuniones de días feriados y en ocasiones especiales | 461 |
| Las oportunidades y los peligros de nuestros restaurantes | 462 |
| Tacto y discreción que necesitan los educadores | 463 |
| Clases de cocina en todos nuestros colegios | 463 |
| Fidelidad en los deberes comunes | 465 |
| Apéndice | 467 |
| Apéndice 1—Experiencia personal de Elena G. de White como reformadora en pro de la salud | 468 |
| La primera visión de la reforma pro salud | 468 |
| Revelado como una obra progresiva | 469 |
| Una aceptación personal del mensaje | 469 |
| Después de una prueba de un año—Beneficios recibidos | 469 |
| La batalla para lograr la victoria | 470 |
| Una batalla contra el hábito del vinagre | 472 |
| Un régimen escaso pero adecuado | 473 |
| Una mesa bien provista | 473 |
| En los coches | 474 |
| Encontrando dificultades y transigencias resultantes | 474 |
| Se lamenta por falta de una cocinera—1892 | 475 |
| Decisión final de seguir un régimen absolutamente exento de carne | 475 |
| Un año después del paso avanzado | 476 |
| Dos años después del paso avanzado | 476 |
| Empleo moderado de frutas oleaginosas (nueces) | 477 |
| Un régimen adecuado, pero sin carne | 477 |
| Té y café | 477 |
| Alimento sencillo | 478 |
| Siguiendo la luz en 1903 | 478 |
| No se le impone a la familia reglas rígidas | 478 |
| Una declaración para los que objetan la manera de comer de la Sra. White | 479 |
| Principios generales de reforma | 481 |
| Tolerancia para con los demás | 481 |
| “He sido una fiel reformadora en pro de la salud” | 482 |
| Apéndice 2—Una declaración de Jaime White con respecto a la reforma pro salud | 483 |