dominio del apetito
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de familiarizarlo con la pompa, la hipocresía y el paganismo de la
corte. ¡Por cierto que era una extraña escuela para prepararlo para
una vida de sobriedad, trabajo y fidelidad! Y sin embargo vivió sin
ser corrompido por la atmósfera del mal de la cual estaba rodeado.
La experiencia de Daniel y de sus jóvenes compañeros ilustra los
beneficios que pueden resultar de un régimen abstemio, y muestra
lo que Dios hará en beneficio de los que cooperan con él en la
purificación y elevación de las almas. Ellos fueron un honor para
Dios, y una luz brillante en la corte de Babilonia.
En esta historia oímos la voz de Dios que se dirige a nosotros
individualmente y nos pide que reunamos todos los rayos de luz con
respecto a este tema de la temperancia cristiana, para colocarnos en
la debida relación con las leyes de la salud.—
Christian Temperance
and Bible Hygiene, 22, 23 (1890)
.
242. ¿Qué hubiera acontecido si Daniel y sus compañeros hu-
bieran transigido con aquellos funcionarios paganos, y hubieran
cedido ante la presión del momento, comiendo y bebiendo como era
costumbre para los babilonios? Ese solo caso de apartamiento de los
principios habría debilitado su sentido de lo justo y su aborrecimien-
to de lo malo. La complacencia del apetito habría comportado el
sacrificio del vigor físico, la claridad intelectual y el poder espiritual.
Un paso equivocado probablemente habría conducido a otros, de
manera que, cortada su relación con el cielo, habrían sido apartados
por la tentación.—
The Review and Herald, 25 de enero de 1881
;
Counsels on Health, 66
.
[
La claridad mental de Daniel debida a un régimen sencillo y a
una vida de oración—117
]
[
Más acerca de Daniel—33, 34, 117
]
Nuestro deber cristiano
[184]
243. Cuando nos demos cuenta de los requerimientos de Dios,
veremos que él nos pide que seamos temperantes en todas las cosas.
El propósito de nuestra creación es glorificar a Dios en nuestro
cuerpo y en nuestro espíritu que son de él. ¿Cómo podremos hacerlo
cuando complacemos el apetito en perjuicio de las facultades físicas
y morales? Dios exige que presentemos nuestros cuerpos como
sacrificio vivo. Entonces se nos impone el deber de preservar este