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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
sea, este deseo debe ser ampliamente satisfecho. Esto es falso y
entraña peligro. Las necesidades físicas de la madre no deben des-
cuidarse en manera alguna. Dos vidas dependen de ella, y sus deseos
deben ser cariñosamente atendidos, y sus necesidades satisfechas
con liberalidad. Pero en este período más que nunca debe evitar, en
su alimentación y en cualquier otro asunto, todo lo que pudiera me-
noscabar la fuerza física o intelectual. Por mandato de Dios mismo,
la madre está bajo la más solemne obligación de ejercer dominio
propio.—
El Ministerio de Curación, 288, 289 (1905)
.
334. Cuando el Señor quiso establecer a Sansón como libertador
de su pueblo, recomendó a la madre ciertos hábitos de vida correctos
antes que naciera su hijo. Y la misma prohibición iba a ser impuesta
al niño desde su cuna; porque había de ser consagrado a Dios como
nazareo desde su nacimiento.
El ángel de Dios apareció a la esposa de Manoa, y le informó
que iba a nacerle un hijo; y en vista de esto le dio indicaciones
importantes: “Ahora, pues, no bebas vino, ni sidra, ni comas cosa
inmunda”.
Jueces 13:4
.
Dios tenía una obra importante para el niño prometido a Manoa,
y con el fin de obtener para él las cualidades necesarias para esta obra,
los hábitos de la madre y del niño iban a ser muy cuidadosamente
regidos. “No beberá vino ni sidra” fue la instrucción dada por el
ángel a la esposa de Manoa, “y no comerá cosa inmunda; guardará
todo lo que le mandé”.
Jueces 13:14
. El niño será afectado para bien
o para mal por los hábitos de la madre. Ella misma tiene que ser
dominada por los buenos principios, y debe observar las leyes de la
temperancia y el dominio propio, si quiere asegurar el bienestar de
su hijo.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 37, 38 (1890)
.
“Se guardará”
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335. Las palabras dirigidas a la esposa de Manoa contienen una
verdad que las madres de hoy harán bien en estudiar. Al hablar a
esta madre, el Señor habló a todas las madres ansiosas y afligidas de
aquel tiempo, y a todas las madres de las generaciones sucesivas. Sí,
cada madre puede comprender su deber. Puede saber que el carácter
de sus hijos dependerá más de sus hábitos anteriores a su nacimiento