régimen durante el embarazo
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y de sus esfuerzos personales después del nacimiento, que de las
ventajas o desventajas exteriores.
“Se guardará” (
Jueces 13:13
), dijo el ángel. Estése lista para
resistir la tentación. Sus apetitos y pasiones deben ser dominados
por los buenos principios. De toda madre se debe poder decir “Se
guardará”. Hay algo que ella debe rehuir, algo contra lo cual tiene
que obrar, si quiere cumplir el propósito que Dios tenía al darle un
hijo...
La madre que es una maestra adecuada para sus hijos debe, antes
que nazcan, formar hábitos de abnegación y dominio propio; porque
les transmite sus propias cualidades; sus rasgos de carácter fuertes
o débiles. El enemigo de las almas entiende estas cosas mejor que
muchos de los padres. El acosará a la madre con sus tentaciones,
sabiendo que si ella no le resiste, él puede por su intermedio afectar
al niño. La única esperanza de la madre está en Dios. Puede acudir a
él en busca de gracia y fortaleza. Ella no buscará ayuda en vano. El
le permitirá transmitir a su descendencia cualidades que le ayudarán
a obtener éxito en la vida y ganar la vida eterna.—
The Signs of the
Times, febrero 26 de 1902
.
No debe darse rienda suelta al apetito
336. Es un error generalmente cometido el de no hacer diferencia
en la vida de una mujer antes del nacimiento de su hijo. En este
período importante el trabajo de la madre debe ser aliviado. Grandes
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cambios están por producirse en su organismo. Exige una mayor
cantidad de sangre, y por lo tanto un aumento de los alimentos más
nutritivos para ser convertidos en sangre. A menos que tenga una
abundante provisión de alimentos nutritivos, no puede conservar su
fuerza física y priva a su hijo de su vitalidad. Su vestimenta también
exige atención. Debe ejercerse cuidado de que su cuerpo no sienta
frío. No debe atraer innecesariamente la sangre a la superficie del
cuerpo para suplir la falta de suficiente abrigo. Si la madre está
privada de una abundante cantidad de alimento nutritivo y sano, la
cantidad y la calidad de su sangre serán insuficientes. Su circulación
será deficiente y su hijo adolecerá de los mismos males. El hijo será
incapaz de asimilar los alimentos que podría transformar en buena
sangre que nutra el organismo. La prosperidad de la madre y del