dominio del apetito
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leyes naturales, a fin de preservar su salud física. La senda de la
naturaleza es el camino que él nos señala, y es un camino suficien-
temente ancho para todo cristiano. Con pródiga mano Dios nos ha
provisto de una rica y variada abundancia para nuestro sustento y
para nuestro gozo. Pero a fin de disfrutar del apetito natural, que
preservará la salud y prolongará la vida, él restringe el apetito. El
dice: ¡Cuidado, restricción, negación, apetito antinatural! Si creamos
un apetito pervertido, violamos las leyes de nuestro ser, y asumimos
la responsabilidad de abusar de nuestros cuerpos y de acarrearnos
enfermedad.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 150, 151
(1890)
.
249. Los que han recibido instrucciones acerca de los peligros
del consumo de carne, té, café y alimentos demasiado condimenta-
dos o malsanos, y quieran hacer un pacto con Dios por sacrificio,
no continuarán satisfaciendo sus apetitos con alimentos que saben
son malsanos. Dios pide que los apetitos sean purificados y que
se renuncie a las cosas que no son buenas. Esta obra debe ser he-
cha antes que su pueblo pueda estar delante de él como un pueblo
perfecto.—
Joyas de los Testimonios 3:354 (1909)
.
250. Dios no ha cambiado, ni se propone cambiar nuestro or-
ganismo físico, a fin de que podamos violar una sola ley sin sentir
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los efectos de esta violación. Pero muchos cierran voluntariamente
sus ojos a la luz... Al complacer sus inclinaciones y apetitos, violan
las leyes de la vida y la salud; y si obedecen a la conciencia, deben
estar controlados por los principios en su comer y vestir, en vez de
ser guiados por la inclinación, la moda y el apetito.—
The Health
Reformer, septiembre de 1871
.
La utilidad de los obreros de Dios depende de que dominen su
apetito
251. Presente Ud. ante el pueblo la necesidad de resistir la tenta-
ción de complacer el apetito. Es aquí donde muchos fallan. Explique
cuán estrechamente relacionados están la mente y el cuerpo, y mues-
tre la necesidad de guardar a ambos en la mejor condición posible...
Todos los que complacen el apetito, malgastan las energías físi-
cas, y debilitan el poder moral, tarde o temprano sentirán la retribu-
ción que sigue a la transgresión de la ley física.