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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
342. El período durante el cual los niños reciben su alimentación
de la madre es decisivo. Muchas madres, mientras amamantaban a
sus hijos, se han visto obligadas a trabajar en exceso y a afiebrar su
sangre en la cocina; y esto ha afectado seriamente al lactante, no
sólo mediante un alimento afiebrado del pecho materno; también su
sangre ha sido envenenada por el régimen alimenticio perjudicial
de la madre que ha afiebrado todo su organismo y por lo tanto ha
afectado el alimento que recibe el niño. El niño también será afectado
por el estado mental de la madre. Si ella se siente infeliz, si se altera
fácilmente, si es irritable y si tiene arranques de ira, el alimento que el
niño recibe de su madre estará inflamado, y con frecuencia producirá
cólicos y espasmos, y en algunos casos provocará convulsiones y
accesos.
[269]
También el carácter del niño es afectado en mayor o menor
grado por la naturaleza del alimento que recibe de la madre. Cuán
importante es entonces que la madre, mientras alimenta al hijo,
mantenga un estado de felicidad mental y controle perfectamente
su espíritu. Al hacer esto no perjudicará el alimento del niño, y el
trato calmado y sereno que la madre dará a su hijo contribuirá en
gran medida a modelar su mente. Si el hijo es nervioso y se altera
fácilmente, los modales cuidadosos y calmos de la madre ejercerán
una influencia sedante y correctora, y la salud del niño podrá mejorar
notablemente.—
The Health Reformer, septiembre de 1871
.
Regularidad en las comidas
[How to Live, 47.]—Mensajes Selectos 2:503, 504 (1865).
343. La primera educación que los hijos deberían recibir de su
madre en la infancia es la relativa a su salud física. Deberían recibir
solamente alimentos sencillos, de la calidad adecuada para conservar
su salud en la mejor condición, y deberían tomarlos únicamente a
horas regulares, no más de tres veces por día; y aun dos comidas
serían mejor que tres. Si se disciplina debidamente a los hijos, pronto
aprenderán que no conseguirán nada llorando o irritándose. Una
madre juiciosa obrará para educar a sus hijos, no sólo en lo que
atañe a su comodidad presente sino también a su bien futuro. Y para
lograrlo les enseñará la importante lección del dominio del apetito y