Página 57 - Consejos Sobre el R

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régimen alimenticio y la espiritualidad
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La ignorancia voluntaria aumenta el pecado
53. Es un deber saber cómo preservar el cuerpo en la mejor con-
dición posible de salud, y es un deber sagrado vivir de acuerdo con
la luz que Dios misericordiosamente ha dado. Si cerramos nuestros
ojos a la luz por temor a ver nuestros errores, que no estamos dis-
puestos a abandonar, nuestros pecados no resultan disminuidos, sino
aumentados. Si uno se aparta de la luz en un caso, será descuidado
en otro. Es tan pecaminoso violar las leyes de nuestro ser como
violar uno de los Diez Mandamientos, porque no podemos hacer
ni una cosa ni la otra sin quebrantar la ley de Dios. No podemos
amar al Señor con todo el corazón, la mente, el alma y las fuerzas
mientras amemos nuestros apetitos y nuestros gustos mucho más de
lo que amamos al Señor. Estamos disminuyendo diariamente nuestra
fuerza para glorificar a Dios, cuando él exige toda nuestra fuerza,
toda nuestra mente. Por medio de nuestros malos hábitos estamos
disminuyendo el dominio que tenemos de la vida, y sin embargo
estamos profesando ser seguidores de Cristo, preparándonos para el
toque final de la inmortalidad.
Hermano mío, hermana mía, tiene Ud. una obra que hacer, que
nadie puede hacer por Ud. Despierte de su letargo, y Cristo le dará
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vida. Cambie su forma de vivir, de comer, de beber, de trabajar.
Mientras siga viviendo de la manera que lo ha hecho durante años,
no podrá discernir claramente las cosas sagradas de las eternas. Sus
sensibilidades resultan embotadas, y su intelecto entenebrecido. No
ha estado creciendo en la gracia y en el conocimiento de la verdad
como ha sido su privilegio hacerlo. No ha estado aumentando su
espiritualidad, sino que ha estado entenebreciéndose más y más.—
Testimonies for the Church 2:70, 71 (1868)
.
54. El hombre fue el acto culminante de la creación de Dios,
hecho a la imagen de Dios, y destinado a ser una contraparte de
Dios... El hombre es muy querido para Dios, porque fue formado a su
propia imagen. Este hecho debe impresionarnos con la importancia
de enseñar por precepto y por ejemplo el pecado de contaminar, por
la indulgencia del apetito o por cualquier otra práctica pecaminosa, el
cuerpo que está destinado a representar a Dios ante el mundo.—
The
Review and Herald, 18 de junio de 1895
.
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La ley natural proclamada claramente—97
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