régimen alimenticio y la espiritualidad
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hombres y las mujeres de inteligencia, destinados por el Creador a
hacer una obra buena y grande.—
Testimonies for the Church 2:486
(1870)
.
[
Es imposible que los intemperantes valoren la expiación—119
]
[
Los intemperantes no pueden ser susceptibles a las influencias
santificadoras de la verdad—780
]
Efectos sobre el discernimiento y la decisión
62. Cualquier cosa que disminuya la fuerza física, debilita la
mente y la vuelve menos capaz de discernir entre lo bueno y lo malo.
Nos volvemos menos capaces de escoger lo bueno, y tenemos menos
fuerza de voluntad para hacer lo que sabemos que es recto.
El uso indebido de nuestras facultades físicas acorta el período
de tiempo en el cual nuestras vidas pueden ser usadas para la gloria
de Dios. Y ello nos incapacita para realizar la obra que Dios nos ha
dado para hacer.—
Palabras de Vida del Gran Maestro, 326 (1900)
.
[57]
63. Aquellos que, después de haber recibido la luz sobre el
tema del comer y beber con sencillez, en obediencia a las leyes
morales y físicas, todavía se apartan de la luz que les señala su
deber, rehuirán cumplir con su deber en otras cosas. Evitando la cruz
que tendrían que tomar a fin de estar en armonía con la ley natural,
embotan la conciencia; y para esquivar el reproche, violarán los Diez
Mandamientos. Algunos tienen una falta de voluntad decidida para
llevar la cruz y menospreciar la vergüenza.—
Christian Temperance
and Bible Hygiene, 159 (1890)
.
64. Los que se acarrean enfermedad a sí mismos, por la propia
complacencia, no tienen cuerpos y mentes sanos. No pueden pesar
las evidencias de la verdad, y comprender los requerimientos de
Dios. Nuestro Salvador no extenderá su brazo hasta una profundidad
suficiente como para elevar a los tales de su estado degradado,
mientras persistan en observar una conducta que los hunde aún más
profundamente.
Se exige que todos hagan lo que puedan para preservar cuerpos
sanos y mentes sanas. Si ellos complacen un apetito grosero, y al
hacerlo entorpecen sus sensibilidades, y entenebrecen sus facultades
de percepción de manera que no puedan apreciar el carácter exaltado
de Dios, o deleitarse en el estudio de su Palabra, pueden estar seguros