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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
de que Dios no aceptará su ofrenda indigna más rápidamente de lo
que aceptó la de Caín. Dios exige que se limpien a sí mismos de toda
inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en
el temor de Dios. Después que el hombre ha hecho todo lo que está
de su parte para propiciar la salud, negándose a complacer el apetito
y las pasiones groseras, a fin de poder poseer una mente sana y una
imaginación santificada, con el propósito de poder rendir a Dios una
ofrenda en justicia, es salvado sólo por un milagro de la misericordia
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de Dios, como lo fue el arca sobre las olas tormentosas. Noé había
hecho todo lo que Dios pidió de él al confeccionar un arca segura;
luego Dios realizó lo que el hombre no podía hacer, y preservó el
arca por su poder milagroso.—
Spiritual Gifts 4:148, 149 (1864)
.
65. El abusarse del estómago complaciendo el apetito, constituye
la fuente fructífera de la mayor parte de las pruebas de la iglesia.
Los que comen y trabajan intemperada e irracionalmente, hablan y
actúan irracionalmente. Un hombre intemperante no puede ser un
hombre paciente. No es necesario tomar bebidas alcohólicas para
ser intemperante. El pecado de comer con intemperancia, de comer
muy frecuentemente, en demasiada cantidad, y alimentos ricos y
malsanos, destruye la acción saludable de los órganos digestivos,
afecta el cerebro y pervierte el juicio, impidiendo el funcionamiento
racional, sereno y saludable del pensamiento y la acción. Y ésta es
la fuente fructífera de las pruebas de la iglesia. Por lo tanto, con el
propósito de que los hijos de Dios se hallen en un estado aceptable
ante él, donde puedan glorificarlo en su cuerpo y en su espíritu, que
son de Dios, deben negarse con interés y con celo a complacer su
apetito, y deben ejercer la temperancia en todas las cosas. Pueden
entonces comprender la verdad en su belleza y claridad, y pueden
ponerla en práctica en su vida. Así, por medio de una conducta
juiciosa, sabia y recta, no darán a los enemigos de nuestra fe ninguna
ocasión para que éstos censuren la causa de la verdad.—
Testimonies
for the Church 1:618, 619 (1867)
.
66. Hno. y Hna. G, despertaos, os ruego. No habéis recibido
la luz de la reforma pro salud, ni habéis actuado de acuerdo con
ella. Si hubierais restringido vuestro apetito, os habríais ahorrado
mucho trabajo extra; y, lo que es de una consecuencia vastamente
mayor, habríais preservado mejor vuestra salud física, y un grado más
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elevado de fortaleza intelectual para apreciar las verdades eternas;