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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
beber quebrantan la salud y preparan el camino para la costumbre
de emborracharse.—
El Ministerio de Curación, 257 (1905)
.
Hígado enfermo debido a un régimen erróneo
204. El sábado pasado, mientras estaba hablando, vuestros pá-
lidos rostros se destacaron claramente delante de mí, tal como me
habían sido mostrados. Vi la condición de vuestra salud, y los males
que habéis sufrido durante tanto tiempo. Se me mostró que no habéis
vivido en forma saludable. Vuestros apetitos han sido perjudiciales
para la salud, y habéis gratificado el gusto a expensas del estómago.
Habéis introducido en vuestro estómago artículos que es imposible
convertir en buena sangre. Esto ha colocado una carga pesada sobre
el hígado, debido a que los órganos digestivos se hallaban pertur-
bados. Ambos tenéis hígados enfermos. La reforma pro salud sería
de beneficio para vosotros dos, si la siguierais estrictamente. No lo
habéis hecho. Vuestros apetitos son mórbidos, y debido a que no os
gusta un régimen sencillo, compuesto de harina de trigo sin cernir,
verduras y frutas preparadas sin especias o grasas, estáis transgre-
diendo constantemente las leyes que Dios ha establecido en vuestro
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organismo. Mientras hacéis esto, debéis sufrir la penalidad; por-
que a cada transgresión se le adjudica una penalidad. Sin embargo,
constantemente os admiráis de vuestra salud precaria. Estad seguros
de que Dios no obrará un milagro para salvaros de los resultados
de vuestra propia conducta...—
Testimonies for the Church 2:67-70
(1868)
.
Los manjares suculentos y la fiebre
No existe tratamiento que pueda aliviaros de vuestras actuales
dificultades mientras coméis y bebéis de la manera en que lo hacéis.
Podéis hacer en vuestro favor lo que los más experimentados mé-
dicos nunca podrán. Regulad vuestro régimen. A fin de gratificar
el gusto, frecuentemente colocáis una carga pesada sobre vuestros
órganos digestivos recibiendo en el estómago alimentos que no son
los más saludables, y a veces en cantidades inmoderadas. Esto cansa
el estómago, y lo inhabilita para la recepción de alimentos, aun de
los más saludables. Mantenéis vuestros estómagos constantemente
debilitados, debido a vuestros hábitos erróneos en el comer. Vuestros