Los extremos en el régimen alimenticio
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Se me instruyó para que diga a los miembros de la Asociación
_____ que habían insistido tanto sobre el asunto de la reforma pro
salud, recalcando sus ideas y sus opiniones sobre otros, que el men-
saje de ellos no era dado por Dios. Les dije que si estaban dispuestos
a suavizar y subyugar sus tendencias cultivadas, en las que hay una
gran proporción de terquedad, verían que necesitaban ser converti-
dos. “Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y
su amor se ha perfeccionado en nosotros... Dios es amor; y el que
permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él”.
1 Juan 4:12,
16
...
El conocimiento humano debe combinarse con la sabiduría divi-
na y la misericordia de Dios. Ocultémonos en Cristo. Trabajemos
con afán para alcanzar la elevada norma que Dios ha establecido pa-
ra nosotros: transformación moral por el Evangelio. Dios nos invita
a avanzar por el camino recto, no sea que los cojos sean desviados
del camino. Entonces Cristo estará satisfecho.—
Carta 39, 1901
.
Errar en favor del pueblo es preferible al extremo opuesto
331. El Hno. y la Hna. _____ llevaron el asunto de la compla-
cencia en la comida hasta el extremo, y el instituto [sanatorio] se
desmoralizó. Ahora el enemigo quiere empujarlo a Ud. al extremo
opuesto, si puede hacerlo, para que tenga un régimen deficiente. Ejer-
zamos cuidado para mantenernos en equilibrio y con ideas sensatas.
Procuremos la sabiduría del cielo y avancemos con inteligencia. Si
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Ud. adopta posiciones demasiado radicales, se verá obligado a retro-
ceder, y entonces por muy concienzudo que haya sido, habrá perdido
en su propio juicio, y nuestros hermanos así como los incrédulos
perderán su confianza en Ud. Tenga cuidado de no ir más ligero de
lo que le permite la luz de Dios. No siga ideas humanas, pero avance
inteligentemente en el temor de Dios.
Si Ud. yerra, no lo haga alejándose del pueblo tanto como sea
posible, porque entonces Ud. cortará el hilo de su influencia y no
podrá beneficiarlo. Lo mejor es errar en favor del pueblo y no en
contra de él, porque entonces hay esperanza de que el pueblo le
seguirá, pero no hay necesidad de errar sea de un lado o del otro.
No necesita arrojarse al agua, o al fuego, sino que tome el camino
del medio evitando todos los extremos. No dé la impresión de ser