Los alimentos sanosy los restaurantes higiénicos
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Los alimentos deben ser perfectamente saludables y sin embargo de
preparación económica. El Evangelio de la salud ha de predicarse
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entre los pobres. En la fabricación de estos alimentos, han de abrirse
oportunidades para que los que aceptan la verdad y pierden su traba-
jo, puedan ganarse la vida. Los productos que Dios ha provisto han
de transformarse en alimentos sanos, que la gente pueda preparar por
sí misma. Entonces podremos representar apropiadamente los prin-
cipios de la reforma pro salud, y los que oigan estarán convencidos
de la consistencia de estos principios y los aceptarán. Pero hasta que
podamos ofrecer alimentos relacionados con la reforma pro salud
que sean apetitosos, nutritivos y sin embargo baratos, no estamos
en libertad de presentar las fases más avanzadas de la reforma pro
salud en el régimen alimenticio.—
Carta 98, 1901
.
[
Hay que estimular el desarrollo de los talentos individuales—
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]
409. Doquiera se proclame la verdad, debe darse instrucción
acerca de cómo preparar alimentos sanos. Dios desea que en todo
lugar se enseñe a la gente a usar prudentemente los productos que
es fácil obtener. Instructores hábiles deben mostrar a la gente cómo
puede utilizar ventajosamente los productos que se pueden cosechar
u obtener en su región del país. De esta manera tanto los pobres
como los de circunstancias desahogadas pueden aprender a vivir en
forma sana.—
Joyas de los Testimonios 3:136 (1902)
.
Los ingredientes a base de nueces han de usarse con mesura
410. El Señor quiere que su pueblo en todas partes del mundo
adquiera conocimientos en lo que se refiere al uso de los productos
de la tierra en cada localidad. Los productos de cada región han de
ser estudiados e investigados cuidadosamente, para ver si pueden
combinarse para simplificar la producción de alimentos y disminuir
el costo de la manufactura y el transporte. Haga cada uno lo mejor
de que sea capaz bajo la dirección de Dios para lograr esto. Hay
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muchos artículos alimenticios costosos que el genio del hombre
puede combinar; y sin embargo no existe verdadera necesidad de
usar las preparaciones más caras.
Hace tres años recibí una carta que decía: “No puedo comer los
alimentos a base de nueces; mi estómago no puede soportarlos”.