Página 197 - Consejos Sobre el R

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Los extremos en el régimen alimenticio
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regular los hábitos de cada cual, y nadie debe erigirse en juez de
los demás. No todos pueden comer lo mismo. Ciertos alimentos
que son apetitosos y saludables para una persona, bien pueden ser
desabridos y aun nocivos para otra. Algunos no pueden tomar leche,
mientras que a otros les asienta bien. Algunos no pueden digerir
guisantes ni judías
otros los encuentran saludables. Para algunos
las preparaciones de cereales poco refinados son un buen alimento,
mientras que otros no los pueden comer.
Evítese un régimen empobrecido
317. Pero ¿qué diremos del régimen empobrecido? He hablado
de cuán importante es que la cantidad y la calidad de los alimen-
tos estén estrictamente de acuerdo con las leyes de la salud. Pero
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no quisiera recomendar un régimen alimenticio empobrecido. Se
me ha mostrado que muchos adoptan una opinión errónea acerca
de la reforma pro salud y siguen un régimen demasiado pobre. Se
sustentan con alimentos baratos y de mala calidad, preparados sin
cuidado ni consideración de la nutrición del organismo. Es impor-
tante que el alimento sea preparado con cuidado y que agrade al
apetito no pervertido. Debido a que por principio descartamos el uso
de carne, manteca (mantequilla), pasteles de carne, especias, tocino
y cosas que irritan el estómago y destruyen la salud, nunca debiera
inculcarse la idea de que poco importa lo que comemos.
Hay quienes van a los extremos. Según ellos, deben comer cier-
ta cantidad precisa y exactamente determinada, y limitarse a dos
o tres cosas. Permiten que tanto a ellos como a sus familias se
les sirvan pocos alimentos. Al comer cantidades reducidas de ali-
mento, que no son de la mejor calidad, no ingieren lo que puede
nutrir adecuadamente el organismo. El alimento de mala calidad
no puede convertirse en sangre buena. Un alimento poco nutritivo
empobrecerá la sangre.—
Joyas de los Testimonios 1:188 (1870)
.
318. El hecho de que es malo comer simplemente para satisfacer
el gusto pervertido, no quiere decir que debiéramos ser indiferentes
acerca de nuestros alimentos. Es un asunto de suma importancia. Na-
die debiera adoptar un régimen empobrecido. Muchos están débiles
por causa de la enfermedad, y necesitan fortificarse con alimentos
Guisantes:
arvejas.
Judías:
habichuelas, vainitas, chauchas.