reforma pro salud y el mensaje del tercer ángel
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violamos las leyes de nuestro ser, y asumimos la responsabilidad por
abusar de nuestros cuerpos y por acarrearnos enfermedades.
Dad el debido lugar a la obra en favor de la salud
99. La indiferencia con la cual han sido tratados los libros de
salud por parte de muchos es una ofensa hacia Dios. El separar la
obra que se hace en favor de la salud del gran cuerpo de la causa
no está en el orden de Dios. La verdad presente tiene que ver con
la obra de la reforma pro salud tan ciertamente como con los otros
rasgos de la obra evangélica. Ninguna rama, cuando se la separa de
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las demás, puede ser un todo perfecto.
El evangelio de la salud tiene defensores capaces, pero su labor
ha sido muy dura debido a que muchos ministros, presidentes de
asociaciones y otros hombres que ocupan puestos de influencia han
dejado de dar al asunto de la reforma pro salud la debida atención.
No la han reconocido en su debida relación con la obra del mensaje
como la mano derecha del cuerpo. En tanto que se ha mostrado
muy poco respeto hacia este departamento por parte de muchos
miembros, y de algunos de los ministros, el Señor ha manifestado
su consideración por ella dándole abundante prosperidad.
Cuando se la dirige en forma debida, la obra en pro de la salud
es una cuña de entrada, que abre camino para otras verdades a fin de
alcanzar el corazón. Cuando el mensaje del tercer ángel es recibido
en su plenitud, la reforma pro salud recibirá su lugar en los consejos
de la asociación, en la obra de la iglesia, en el hogar, en la mesa, y
en todos los arreglos de la casa. Entonces el brazo derecho servirá y
protegerá el cuerpo.
Pero aun cuando la obra pro salud tiene su lugar en la promulga-
ción del mensaje del tercer ángel, sus abogados no deben de ninguna
manera luchar para hacerle tomar el lugar del mensaje.—
Testimonies
for the Church 6:327 (1900)
.
Necesidad de dominio propio
100. Uno de los efectos más deplorables de la apostasía original
fue la pérdida de la facultad del dominio propio por parte del hombre.