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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
Sólo en la medida en que se recupere esta facultad puede haber
verdadero progreso.
El cuerpo es el único medio por el cual la mente y el alma se
desarrollan para la edificación del carácter. De ahí que el adver-
sario de las almas encamine sus tentaciones al debilitamiento y a
la degradación de las facultades físicas. Su éxito en esto envuelve
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la sujeción al mal de todo nuestro ser. A menos que estén bajo el
dominio de un poder superior, las propensiones de nuestra naturaleza
física acarrearán ciertamente ruina y muerte.
El cuerpo tiene que ser puesto en sujeción. Las facultades supe-
riores de nuestro ser deben gobernar. Las pasiones han de obedecer
a la voluntad, que a su vez ha de obedecer a Dios. El poder soberano
de la razón, santificado por la gracia divina, debe dominar en nuestra
vida.
Las exigencias de Dios deben estamparse en la conciencia. Hom-
bres y mujeres deben despertar y sentir su obligación de dominarse
a sí mismos, su necesidad de ser puros y libertados de todo apetito
depravante y de todo hábito envilecedor. Han de reconocer que todas
las facultades de su mente y de su cuerpo son dones de Dios, y que
deben conservarlas en la mejor condición posible para servirle.—
El
Ministerio de Curación, 91, 92 (1905)
.
Los pastores y los miembros deben obrar de concierto
101. Una parte importante de la obra del ministerio es la de ex-
plicar fielmente al pueblo la reforma pro salud, tal como se presenta
relacionada con el mensaje del tercer ángel, como parte integrante de
la misma obra. Ellos mismos no deben dejar de adoptarla, y deben
instar a todos los que profesan la verdad a aceptarla.—
Testimonies
for the Church 1:469, 470 (1867)
.
102. La reforma pro salud, según me fue mostrado, es una parte
del mensaje del tercer ángel, y se halla tan estrechamente relacionada
con él como el brazo y la mano lo están con el cuerpo. Vi que como
pueblo debemos hacer progresos en esta gran obra. Los ministros
y los miembros de la iglesia deben actuar de concierto. Los hijos
de Dios no están preparados para el fuerte clamor del tercer ángel.
Tienen una obra que realizar en favor de sí mismos que no pueden
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dejar que Dios haga en lugar de ellos. El les ha dejado esta obra