Capítulo 8—Los cereales
Una dieta escogida por el creador
481. Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las le-
gumbres constituyen el alimento escogido para nosotros por el Crea-
dor. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los
comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una
resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un
régimen alimenticio más complejo y estimulante.—
El Ministerio de
Curación, 228 (1905)
.
[
Para el contexto, véase 111
.]
[371]
482. Los que comen carne no hacen más que comer cereales y
verduras de segunda mano, pues el animal recibe de tales productos
el alimento que lo nutre. La vida que estaba en los cereales y en las
verduras pasa al organismo del ser que los come. Nosotros a nuestra
vez la recibimos al comer la carne del animal. ¡Cuánto mejor sería
aprovecharla directamente, comiendo el alimento que Dios dispuso
para nuestro uso!—
El Ministerio de Curación, 241 (1905)
.
[
Hay que llevar a la gente de vuelta al régimen a base de frutas,
verduras y granos—515
]
Parte de un régimen adecuado
483. Es un error suponer que la fuerza muscular depende de
consumir alimento animal, pues sin él las necesidades del organismo
pueden satisfacerse mejor y es posible gozar de salud más robusta.
Los cereales, las frutas, las oleaginosas y las verduras contienen
todas las propiedades nutritivas para producir buena sangre.—
El
Ministerio de Curación, 243 (1905)
.
484. En los cereales, las frutas, las legumbres, las hortalizas y
las frutas oleaginosas secas (nueces) han de encontrarse todos los
elementos que necesitamos. Si acudiéramos al Señor con una mente
sencilla, él nos enseñaría cómo preparar alimentos sanos, libres de
la contaminación de la carne.—
Manuscrito 27, 1906
.
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