Sección 7—El comer en exceso
Un pecado común pero grave
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210. El sobrecargar el estómago es un pecado común, y cuando
se usa demasiado alimento, el sistema entero resulta agobiado. La
vida y la vitalidad, en vez de mejorar, decrecen. Es así como Sa-
tanás planea que se hagan las cosas. El hombre utiliza sus fuerzas
vitales en trabajo innecesario para disponer de una excesiva carga
de alimento.
Al tomar mucho alimento, no solamente malgastamos impróvi-
damente las bendiciones de Dios, provistas para las necesidades de
la naturaleza, sino que causamos un gran daño a todo el organismo.
Mancillamos el templo de Dios. Este resulta debilitado e incapaci-
tado; y la naturaleza no puede realizar bien su trabajo y en forma
sabia, de acuerdo con la manera en que Dios hizo provisión. Debido
a la complacencia egoísta de su apetito, el hombre ha oprimido el
poder de la naturaleza obligándola a hacer un trabajo que nunca se
debiera exigir de ella.
Si todos los hombres estuvieran familiarizados con la viviente
maquinaria humana, no serían culpables de hacer esto, a menos que,
por supuesto, amaran la complacencia propia tanto que continuaran
su proceder suicida y tuvieran una muerte prematura, o vivieran por
años como una carga para sí mismos y para sus amigos.—
Carta 17,
1895
.
Embarazando la maquinaria humana
211. Es posible comer inmoderadamente, aun sirviéndose de
alimentos sanos. Por el hecho de que alguien haya descartado el uso
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