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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
Hna. _____ no practicarán la temperancia en todas las cosas hasta
que sus corazones sean transformados por la gracia de Dios.
Las circunstancias no pueden producir reformas. El cristianismo
propone una reforma del corazón. Lo que Cristo obra dentro, se
realizará bajo el dictado de un intelecto convertido. El plan de co-
menzar afuera y tratar de obrar hacia el interior siempre ha fracasado,
y siempre fracasará. El plan de Dios con Ud. es comenzar con la raíz
misma de todas las dificultades, el corazón, y entonces del corazón
mismo surgirán los principios de justicia. La reforma será exterior
así como interior.—
Special Testimonies, serie A, 9:54 (1896)
.
40. Los que elevan la norma tanto como les sea posible de acuer-
do con la orden de Dios, según la luz que el Señor les ha dado por
medio de su Palabra y de los testimonios de su Espíritu, no cam-
biarán su conducta para acomodarse a los deseos de sus amigos o
parientes, ora se trate de una, de dos o de una cantidad de personas
que estén viviendo contrariamente a la sabia disposición divina. Si
procedemos según los principios en estas cosas, si observamos reglas
[41]
estrictas en nuestra alimentación, si como cristianos educamos nues-
tros gustos según el plan de Dios, ejerceremos una influencia que
estará de acuerdo con la mente de Dios. La pregunta es: “¿Estamos
dispuestos a ser fieles reformadores en pro de la salud?”—
Carta 3,
1884
.
[
Para el contexto véase 720
.]
Una cuestión de primordial importancia
41. Estoy encargada de dar a nuestra iglesia entera un mensaje
tocante a la reforma pro salud; porque muchos han dejado de ser
fieles a sus principios.
El propósito de Dios para con sus hijos es que éstos alcancen
la medida de la estatura de hombres y mujeres perfectos en Cristo
Jesús. Para ello, deben hacer uso conveniente de todas las facultades
de la mente, el alma y el cuerpo. No pueden derrochar ninguna de
sus energías mentales o físicas.
El asunto de la conservación de la salud tiene una importancia
capital. Al estudiar esta cuestión en el temor de Dios, aprendere-
mos que, para nuestro mejor desarrollo físico y espiritual, conviene
que nos atengamos a un régimen alimenticio sencillo. Estudiemos