Página 49 - Consejos Sobre el R

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Razones de la reforma
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con paciencia esta cuestión. Para obrar atinadamente en este sen-
tido, necesitamos conocimientos y discernimiento. Las leyes de la
naturaleza existen, no para ser resistidas, sino acatadas.
Los que han recibido instrucciones acerca de los peligros del
consumo de carne, té, café y alimentos demasiado condimentados
o malsanos, y quieran hacer un pacto con Dios por sacrificio, no
continuarán satisfaciendo sus apetitos con alimentos que saben son
malsanos. Dios pide que los apetitos sean purificados y que se re-
nuncie a las cosas que no son buenas. Esta obra debe ser hecha antes
que su pueblo pueda estar delante de él como un pueblo perfecto.
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El pueblo remanente de Dios debe ser un pueblo convertido. La
presentación de este mensaje debe tener por resultado la conversión
y santificación de las almas. El poder del Espíritu de Dios debe
hacerse sentir en este movimiento. Poseemos un mensaje maravi-
lloso y definido; tiene una importancia capital para quien lo recibe,
y debe ser proclamado con fuerte voz. Debemos creer con una fe
firme y permanente que este mensaje irá cobrando siempre mayor
importancia hasta la consumación de los tiempos.
Algunos profesos cristianos aceptan ciertas porciones de los Tes-
timonios como un mensaje de Dios, pero rechazan las que condenan
sus costumbres favoritas. Tales personas trabajan para su mengua
y la de la iglesia. Es de todo punto esencial que andemos en la luz
mientras la tenemos. Los que diciendo creer en la reforma pro salud,
niegan sus principios en la vida diaria, causan perjuicio a su alma y
producen una impresión desfavorable en la mente de los creyentes y
de los no creyentes.
Una solemne responsabilidad descansa sobre los que tienen co-
nocimiento de la verdad: la de velar para que todas sus obras corres-
pondan a su fe, que su vida sea refinada y santificada, y que sean
preparados para la obra que debe cumplirse rápidamente en el curso
de estos últimos días del mensaje. No tienen ni tiempo ni fuerzas
que gastar en la satisfacción de sus apetitos. Estas palabras debieran
repercutir con fuerza ahora en nuestros oídos: “Arrepentíos y con-
vertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán
los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor”.
Hechos 3:19
. A
muchos de los nuestros les falta espiritualidad y se perderán a menos
que se conviertan completamente. ¿Queréis arriesgaros a ello?...