Página 97 - Consejos Sobre el R

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El régimen sencillo
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bol o bajo la bóveda del cielo. El viaje, el ejercicio y el escenario
avivarán el apetito, y pueden gozar de una comida que los reyes
envidiarían.—
Testimonies for the Church 1:514 (1867)
.
[
Evítense los excesos al cocinar—793
]
[
Consejo para obreros sedentarios—225
]
[
Sencillez en el menú del sábado—56
]
126. Esfuércense fervientemente los que abogan por la reforma
pro salud para hacer de ésta todo lo que ellos pretenden que es.
[103]
Descarten todo lo que sea perjudicial para la salud. Usen alimentos
sencillos y sanos. La fruta es excelente, y ahorra mucho trabajo de
cocinar. Descarten los pasteles, las tortas, los postres, y otros platos
preparados para tentar el apetito. Coman menos clases de alimento
en una misma comida, y consúmanlos con agradecimiento.—
Carta
135, 1902
.
Sencillez al hospedar a otros
127. Cristo dio en su propia vida una lección de hospitalidad.
Cuando estaba rodeado por la muchedumbre hambrienta al lado del
mar, no la mandó sin refección a sus hogares. Dijo a sus discípulos:
“Dadles vosotros de comer”.
Mateo 14:16
. Y por un acto de poder
creador proporcionó bastante alimento para suplir sus necesidades.
Sin embargo, ¡cuán sencillo fue el alimento provisto! No había lujo.
El que tenía todos los recursos del cielo a su disposición podría
haber presentado a la gente una comida suculenta. Pero proveyó
solamente lo que bastaba para su necesidad, lo que era el alimento
diario de los pescadores a orillas del mar.
Si los hombres fueran hoy sencillos en sus costumbres y vivieran
en armonía con las leyes de la naturaleza, habría abundante provisión
para todas las necesidades de la familia humana. Habría menos
necesidades imaginarias y más oportunidad de trabajar de acuerdo
con los métodos de Dios. Cristo no trató de atraer a los hombres a sí
por la satisfacción del amor al lujo. El menú sencillo que proveyó era
una garantía no sólo de su poder sino de su amor, de su tierno cuidado
por ellos en las necesidades de la vida.—
Joyas de los Testimonios
2:571, 572 (1900)
.
128. Los hombres y las mujeres que profesan ser seguidores
de Cristo, son a menudo esclavos de la moda, y de un apetito glo-
[104]