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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
ble a los músculos, despertará el apetito por el alimento sencillo y
sano, y el joven que está debidamente empleado no se levantará de
la mesa protestando porque no hay delante de él un plato con carne
y otras golosinas para tentar su apetito.
Jesús, el Hijo de Dios, al trabajar con sus manos como carpintero,
dejó un ejemplo para toda la juventud. Que aquellos que tienen a
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menos asumir los deberes comunes de la vida recuerden que Jesús se
sujetó a sus padres, y contribuyó con su parte al sostenimiento de la
familia. Pocos lujos se veían en la mesa de José y María, porque se
contaban entre los pobres y humildes.—
Christian Temperance and
Bible Hygiene, 6, 62 (1890)
;
Fundamentals of Christian Education,
150, 151
.
La relación del régimen con el desarrollo moral
362. El poder de Satanás sobre la juventud de esta época es
terrible. A menos que las mentes de nuestros hijos estén firmemente
equilibradas por los principios religiosos, su moralidad será corrom-
pida por el ejemplo vicioso con el cual entran en contacto. El peligro
mayor de los jóvenes estriba en la falta de sujeción. Los padres
indulgentes no enseñan a sus hijos el dominio de sí mismos. El
alimento que colocan delante de ellos es de tal calidad que irrita el
estómago. La excitación producida se comunica al cerebro y como
resultado las pasiones se despiertan. Nunca se repetirá suficiente-
mente que cualquier cosa que el estómago ingiere no sólo afecta el
cuerpo sino también la mente. Los alimentos toscos y estimulan-
tes afiebran la sangre, excitan el sistema nervioso y con demasiada
frecuencia embotan la sensibilidad moral, de modo que la razón y
la conciencia son vencidas por los impulsos sensuales. Es difícil
y a veces imposible para una persona intemperante en la comida,
mantenerse paciente y serena. De ahí la importancia especial de
permitir a los niños, cuyos caracteres no están todavía formados, que
ingieran solamente alimento sano y sencillo. Fue con amor como
nuestro Padre celestial mandó la luz de la reforma pro salud para
guardarnos contra el mal que proviene de un apetito desenfrenado.
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para
la gloria de Dios”.
1 Corintios 10:31
. ¿Es esto lo que hacen los
padres cuando preparan la comida para la mesa y llaman a la familia
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