Página 103 - Consejos Sobre el R

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Un régimen alimenticio adecuado
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sencilla, libre de especias y grasas en todas sus formas, constituyen,
junto con la leche o la crema, el régimen más saludable. Imparten
nutrición al cuerpo, y otorgan un poder de resistencia y un vigor
de intelecto que no son producidos por un régimen estimulante.—
Christian Temperance and Bible Hygiene, 47
;
Counsels on Health,
114, 115 (1890)
.
138. En los cereales, las frutas, las verduras y legumbres y los
frutos oleaginosos o nueces han de encontrarse todos los elementos
alimenticios que necesitamos. Si acudimos al Señor con sencillez
de mente, él nos enseñará cómo preparar alimentos sanos, libres de
la corrupción de la carne usada como alimento.—
Manuscrito 27,
1906
.
Un régimen pobre desacredita la reforma pro salud
139. Algunos de nuestros hermanos se abstienen concienzu-
damente de comer alimentos impropios, y al mismo tiempo, por
descuido, dejan de comer los alimentos necesarios para el debido
sostén del cuerpo. Nunca presentemos un testimonio negativo contra
la reforma pro salud por no usar alimentos sanos y apetitosos en
[110]
lugar de los artículos perjudiciales que hemos descartado. Debe
emplearse mucho tacto y discreción en la preparación de alimentos
nutritivos que ocupan el lugar de los que han constituido el régimen
de muchas familias. Este esfuerzo requiere fe en Dios, fervor de
propósito, y la voluntad de ayudarse mutuamente. Un régimen que
carezca de los debidos alimentos nutritivos atrae reproche a la causa
de la reforma pro salud. Somos mortales, y debemos suplirnos de
alimentos que le proporcionen el debido sostén al cuerpo.—
Carta
135, 1902
.
[
Un régimen empobrecido no es recomendable—315, 317, 318,
388
]
[
Un régimen empobrecido como resultado de puntos de vista
extremos—316
]
[
El cuidarse de un régimen empobrecido cuando se descarta la
carne—320, 816
]
[
La experiencia espiritual no se profundiza con una alimentación
pobre—323
]