Página 102 - Consejos Sobre el R

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Capítulo 3—Un régimen alimenticio adecuado
No es un asunto que ha de tratarse con indiferencia
135. Debido a que es erróneo comer tan sólo para gratificar el
gusto pervertido, no debe sacarse la conclusión de que hemos de ser
indiferentes con respecto a nuestra alimentación. Es un asunto de la
mayor importancia. Nadie debe adoptar un régimen empobrecido.
Muchos están debilitados por la enfermedad, y necesitan alimentos
nutritivos y bien preparados. Los reformadores de la salud, por enci-
ma de todos los demás, deben tener cuidado de evitar los extremos.
El cuerpo debe tener suficiente nutrición. El Dios que concede el sue-
ño a sus amados los ha provisto también de alimentos adecuados para
sostener el sistema físico en una condición saludable.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 49, 50
;
Counsels on Health, 118
(1890)
.
136. Para tener buena salud, debemos tener buena sangre, pues
la sangre es la corriente de la vida. Repara los desgastes y nutre
el cuerpo. Provista de los elementos convenientes y purificada y
vitalizada por el contacto con el aire puro, da vida y vigor a todas las
partes del organismo. Cuanto más perfecta sea la circulación, mejor
cumplida quedará aquella función.—
El Ministerio de Curación, 206
(1905)
.
[
La relación del régimen adecuado con la sanidad mental—314
]
[109]
[
La relación de una alimentación adecuada con una experiencia
espiritual sólida—324, párr. 4
]
La generosa provisión de Dios
137. Dios le ha provisto al hombre abundantes medios para
satisfacer un apetito no pervertido. Ha extendido delante de él los
productos de la tierra: una variedad abundante de alimentos que son
deliciosos al paladar y nutritivos para el sistema. Nuestro benévolo
Padre celestial nos dice que podemos comer libremente de ellos.
Las frutas, los cereales y las legumbres, preparados de una manera
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