El régimen sencillo
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hubiera servido de enseñanza para su bien. Mediante este milagro,
Cristo deseaba dar una lección de sobriedad. Si los hombres fueran
hoy de hábitos sencillos, y si viviesen en armonía con las leyes de
la naturaleza, como Adán y Eva en un principio, habría abundantes
provisiones para satisfacer las necesidades de la familia humana.
Pero el egoísmo y la gratificación de los apetitos trajeron el pecado
y la miseria, a causa del exceso por una parte, y de la necesidad por
otra.—
El Ministerio de Curación, 30 (1905)
.
134. Si los que profesan ser cristianos usasen menos de su for-
tuna para adornar su cuerpo y hermosear sus propias casas, y en
sus mesas hubiese menos lujos extravagantes y malsanos, podrían
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colocar sumas mucho mayores en la tesorería del Señor. Imitarían
así a su Redentor, quien dejó el cielo, sus riquezas y su gloria, y por
amor de nosotros se hizo pobre, a fin de que pudiésemos tener las
riquezas eternas.—
Joyas de los Testimonios 1:381, 382 (1875)
.