Las carnes (continuación de “las proteínas”)
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que ello tiene sobre la mente humana. Seamos reformadores en pro
de la salud en todo el sentido del término. Dése a conocer en nuestras
instituciones el hecho de que ya no se sirve carne en la mesa, ni
aun para los clientes; y entonces la educación que se da sobre el
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abandono de la carne no consistirá sólo en palabras sino en hechos.
Si la clientela es menor, que lo sea. Los principios serán de un valor
mucho mayor, cuando se entiendan, cuando se sepa que no se quitará
la vida de ningún ser para sostener la vida del cristiano.—
Carta 59,
1898
.
Una segunda carta para hacer frente al mismo asunto
723. Recibí su carta, y le explicaré el asunto relativo a la carne
lo mejor que pueda. Las palabras que Ud. menciona se hallaban en
una carta dirigida a _____ y a algunas otras personas en la ocasión
en que la Hna. _____ estaba en el Instituto de Salud [720]. He he-
cho buscar estas cartas. Algunas de ellas estaban copiadas y otras
no. Les dije que asignaran fechas a las declaraciones realizadas.
En ese tiempo el régimen a base de carne era prescrito y usado en
forma muy amplia. La luz que me fue dada indicaba que la carne
sana no debía eliminarse del todo de inmediato, sino que debían
presentarse disertaciones en la sala con respecto al uso de carne de
cualquier clase; las frutas, los cereales y las legumbres y hortalizas,
debidamente preparados, es todo lo que el organismo requiere pa-
ra mantenerse con salud; pero que primeramente debía mostrarse
que no tenemos necesidad de usar carne, donde hay abundancia de
frutas, como en California. Pero en el Instituto de Salud no estaban
preparados para hacer cambios repentinos, después de usar carne
en forma tan abundante como lo habían hecho. Sería necesario que
ellos emplearan carne muy de vez en cuando al comienzo y que
finalmente la abandonaran del todo. Pero debía haber solamente una
sola mesa llamada la mesa de la carne para los pacientes. Las otras
mesas debían estar exentas de este artículo...
Trabajé de una manera más ferviente para descartar toda la carne,
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pero esta difícil cuestión debe ser manejada en forma discreta y sin
imprudencia, puesto que la carne se usaba tres veces por día. Los
pacientes debían ser educados desde el punto de vista de la salud.