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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
de estos cadáveres se vende en los mercados, y el seguro resultado
es enfermedad entre los hombres.
El Señor llevará a sus hijos hasta el punto en que ellos no tocarán
ni gustarán la carne de animales muertos. No prescriba, pues, estas
cosas ningún médico que tiene un conocimiento de la verdad para
este tiempo. No hay seguridad en el consumo de carne de animales
muertos, y dentro de poco tiempo la leche de las vacas también será
excluida del régimen del pueblo que guarda los mandamientos de
Dios. Dentro de un corto tiempo no será seguro usar ninguna cosa
que proceda de la creación animal. Los que acepten sin reservas
lo que Dios dice y obedezcan sus mandamientos de todo corazón,
serán bendecidos. El será su escudo protector. Pero con el Señor no
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se puede jugar. La desconfianza, la desobediencia, el enajenamiento
de la voluntad y del camino de Dios, colocarán al pecador en una
posición donde el Señor no puede darle su favor divino...
De nuevo me referiré al asunto del régimen. No podemos hacer
ahora lo que nos aventuramos a hacer en lo pasado con respecto al
consumo de carne. Siempre ha sido una maldición para la familia
humana. Pero ahora lo es en forma particular dentro de la maldición
que Dios ha pronunciado sobre los rebaños del campo, debido a
la transgresión y el pecado del hombre. La enfermedad entre los
animales está llegando a ser cada vez más común, y nuestra única
seguridad ahora consiste en dejar la carne enteramente. Prevalecen
actualmente las más graves enfermedades, y la última cosa que
deben hacer los médicos que han sido iluminados es aconsejar a
sus pacientes a comer carne. Debido al consumo de carne, que en
tan vasto grado se hace en este país, los hombres y las mujeres se
están desmoralizando, su sangre se corrompe y las enfermedades se
implantan en el organismo. Debido al consumo de carne, muchos
mueren, y no entienden la causa. Si se conociera la verdad, se daría
testimonio de que fue la carne de los animales la que pasó por la
muerte. El pensamiento de alimentarse de carne de animales muertos
es repulsivo, pero hay algo más, además de esto. Al comer carne
participamos de sus enfermedades, y ésta siembra sus semillas de
corrupción en el organismo humano.
Le escribo, hermano mío, para que no se siga prescribiendo en
nuestro sanatorio el consumo de carne de animales. No hay excusa
para esto. No existe seguridad en las consecuencias y los resultados