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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
las repugnantes iniquidades que las convertían en una mancha en el
hermoso campo de las obras creadas por Dios. La gratificación del
apetito antinatural condujo a los pecados que causaron la destrucción
de Sodoma y Gomorra. Dios adjudica la caída de Babilonia a su
glotonería y embriaguez. La complacencia del apetito y la pasión
eran el fundamento de todos sus pecados.
Esaú vencido por el apetito
232. Esaú codició un plato favorito, y sacrificó su primogenitura
para complacer el apetito. Después que su apetito concupiscente
hubo sido gratificado, vio su locura, pero no halló oportunidad de
arrepentirse, aunque trató de hacerlo cuidadosamente y con lágrimas.
Hay muchísimas personas que son iguales que Esaú. El representa a
una clase que tiene una bendición especial y valiosa a su alcance—la
herencia inmortal, una vida tan perdurable como la vida de Dios, el
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Creador del universo, felicidad inconmensurable, y un eterno peso
de gloria—pero que hasta ahora han complacido su apetito, sus
pasiones y sus inclinaciones, de tal manera que su poder de discernir
y apreciar el valor de las cosas eternas está debilitado.
Esaú sintió un fuerte deseo especial de un alimento definido, y
por tanto tiempo había complacido el yo que no sintió la necesidad
de abstenerse del plato tentador y codiciado. Siguió pensando en él
sin hacer ningún esfuerzo especial para reprimir su deseo, hasta que
el poder del apetito venció toda otra consideración, y lo dominó, de
manera que imaginó que sufriría gran inconveniente, y aun la muerte,
si no podía tener aquel plato particular. Cuanto más pensaba en el
asunto, más se fortalecía su deseo, hasta que su primogenitura, que
era tan sagrada, perdió su valor y su carácter sagrado.—
Testimonies
for the Church 2:38 (1868)
.
La codicia de Israel por la carne
233. Cuando el Dios de Israel sacó a sus hijos de Egipto, los
mantuvo en gran medida privados de la carne, pero les dio pan del
cielo, y agua de la dura roca. Mas no se manifestaron satisfechos
con esto. Detestaron el alimento que se les había dado, y desearon
verse de vuelta en Egipto, donde podían sentarse ante las ollas de