Capítulo 6—El comer entre horas
La importancia de la regularidad
281. Después que se ha ingerido la comida regular debe dejarse
que el estómago descanse cinco horas. Ni una partícula de comida
debe ser introducida en el estómago hasta la siguiente comida. En
este intervalo el estómago efectuará su trabajo y estará entonces en
condición de recibir más alimento.
En ningún caso deben las comidas ser irregulares. Si el almuerzo
se ingiere una o dos horas antes que de costumbre, el estómago no
está preparado para la nueva carga, pues todavía no ha despachado
la comida anterior, y el organismo no dispone de energía para una
nueva tarea. Así los órganos quedan recargados.
Tampoco deben demorarse las comidas por una o dos horas, a
fin de acomodarse a las circunstancias, o para que pueda realizarse
una cantidad de trabajo. El estómago exige el alimento a la hora de
costumbre. Si la familia se atrasa, disminuye la vitalidad del organis-
mo, y finalmente baja tanto que el apetito desaparece por completo.
Si se ingiere entonces una cantidad de comida, se imposibilita para
asimilarla y el alimento no puede convertirse en buena sangre.
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Si todos comiesen a horas regulares y no ingirieran nada entre
horas, estarían bien dispuestos para la próxima comida, y hallarían
placer al ingerirla, lo cual compensaría sus esfuerzos.—
Manuscrito
1, 1876
.
282. La regularidad en las comidas es de vital importancia. Debe
haber una hora señalada para cada comida, y entonces cada cual
debe comer lo que su organismo requiere, y no ingerir más alimento
hasta la comida siguiente. Son muchos los que comen a intervalos
desiguales y entre comidas, cuando el organismo no necesita comida,
porque no tienen suficiente fuerza de voluntad para resistir a sus
inclinaciones. Los hay que cuando van de viaje se pasan el tiempo
comiendo bocaditos de cuanto comestible les cae a mano. Esto es
muy perjudicial. Si los que viajan comiesen con regularidad y sólo
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