Página 181 - Consejos Sobre el R

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El comer entre horas
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alimentos sencillos y nutritivos, no se sentirían tan cansados, ni
padecerían tantas enfermedades.—
El Ministerio de Curación, 233,
234 (1905)
.
283. Hay que observar cuidadosamente la regularidad en las co-
midas. Al niño no se le debe dar de comer entre comidas, ni pasteles,
ni nueces, ni frutas, ni manjar de ninguna clase. La irregularidad en
las comidas destruye el tono sano de los órganos de la digestión, en
perjuicio de la salud y del buen humor. Y cuando los niños se sientan
a la mesa, no toman con gusto el alimento sano; su apetito clama
por manjares nocivos.—
El Ministerio de Curación, 298 (1905)
.
284. En esta familia no ha habido la administración correcta
en lo referente al régimen, sino que hubo irregularidad. Debiera
haberse fijado una hora apropiada para cada comida y el alimento
debiera haberse preparado en forma sencilla, y exento de grasa; pero
debieran haberse hecho esfuerzos para que éste sea nutritivo, sano
y atrayente. En esta familia, como en muchas otras, se ha hecho un
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despliegue de alimentos para las visitas; se han preparado muchos
platos que con frecuencia son demasiado sustanciosos, y los comen-
sales son tentados a comer en exceso. Pero cuando las visitas se iban,
se producía una gran reacción, y había una disminución de alimentos
servidos en la mesa. La comida escaseaba y carecía de los elementos
nutritivos. Se le restaba importancia, porque era “como para los de
la casa”. Las comidas eran con frecuencia elegidas a la ligera, y no
se observaba una hora fija para comer. Cada miembro de la familia
resultaba perjudicado por una administración tal. Es un pecado de
parte de nuestras hermanas el hecho de que por una parte se preparen
tan esmeradamente para las visitas y por otra perjudiquen a su propia
familia al privarla del alimento sustancioso.—
Testimonies for the
Church 2:485 (1870)
.
285. Me asombra saber que después de toda la luz que habéis
recibido, muchos de vosotros coméis entre horas. Entre las horas de
comida, no dejéis entrar en la boca ni siquiera un bocado. Comed lo
que necesitáis, pero comedlo en una sola comida y esperad hasta la
próxima.—
Testimonies for the Church 2:373 (1869)
.
286. Muchos rehuyen la luz y el conocimiento y sacrifican sus
principios por el paladar. Ingieren alimento cuando el organismo no
lo necesita y a intervalos irregulares, porque carecen de valor para
resistir su inclinación. Como consecuencia, el estómago maltratado