Página 123 - Consejos Sobre el R

Basic HTML Version

Sección 6—Los hábitos de alimentación
inconvenientes como causa de enfermedad
Una herencia de degeneración
[136]
[137]
[138]
[139]
194. El hombre salió de la mano de su Creador perfecto en su
estructura y hermoso en su forma. El hecho de que durante seis mil
años haya soportado el peso siempre creciente de la enfermedad y
el crimen, es una prueba concluyente del poder de resistencia del
cual fue dotado. Y aun cuando los antediluvianos generalmente
se entregaron al pecado en forma irrefrenada, pasaron más de dos
mil años antes que la violación de las leyes naturales produjera
consecuencias sensibles. Si Adán no hubiera poseído originalmente
un poder físico mayor que el que los hombres tienen ahora, la raza
se habría extinguido.
A través de sucesivas generaciones desde la caída, la tendencia
ha sido siempre hacia abajo. La enfermedad se ha transmitido de
padres a hijos, generación tras generación. Aun los infantes en la
cuna sufren de aflicciones causadas por los pecados de sus padres.
Moisés, el primer historiador, presenta un relato bien definido
de la vida social e individual de los primeros días de la historia del
mundo, pero no encontramos ningún caso en que un infante hubiera
nacido ciego, mudo, lisiado o imbécil. No se registra un solo caso
de muerte natural en la infancia, en la niñez o al comienzo de la
edad adulta. Las noticias necrológicas del libro de Génesis están
concebidas de esta manera: “Y fueron todos los días que vivió Adán
[140]
novecientos treinta años; y murió”. “Y fueron todos los días de
Set novecientos doce años; y murió”. Acerca de otros, el registro
sagrado establece: “Murió en buena vejez, anciano y lleno de años”.