Las escuelas de cocina
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Enseñando de casa en casa
813. Debido a que las avenidas que conducen al alma han sido
cerradas por el tirano del prejuicio muchos ignoran los principios de
la vida sana. Puede prestarse buen servicio enseñando a la gente có-
mo preparar alimentos sanos. Esta línea de actividad es tan esencial
como cualquier otra que pueda realizarse. Deben establecerse más
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escuelas de cocina, y algunos deben trabajar de casa en casa, dando
instrucción en el arte de cocinar alimentos sanos. Muchísimos serán
rescatados de la degeneración física, mental y moral por medio de la
influencia de la reforma pro salud. Estos principios se recomendarán
a sí mismos ante aquellos que buscan luz; y los tales avanzarán
desde este punto para recibir toda la verdad para este tiempo.
Dios quiere que sus hijos reciban para impartir. Como testigos
imparciales y abnegados, han de dar a otros lo que el Señor les ha
dado a ellos. Y al emprender vosotros esta tarea, cualesquiera sean
los medios para alcanzar a los corazones, estad seguros de trabajar
de una manera que elimine el prejuicio en vez de crearlo. Haced de
la vida de Cristo vuestro estudio constante, y trabajad como él lo
hizo, siguiendo su ejemplo.—
The Review and Herald, 6 de junio de
1912
.
Enseñando la reforma en la alimentación en reuniones de días
feriados y en ocasiones especiales
814. Cuando acabábamos de recibir la luz de la reforma pro sa-
lud, solíamos, en los días feriados, llevar cocinas a los terrenos donde
la gente se reunía, y allí mismo preparar pan sin leudar para hacer
panecillos blandos. Y creo que el resultado de nuestros esfuerzos era
bueno, aunque por supuesto no teníamos los preparados alimenticios
llamados
health foods
[alimentos promotores de la salud] que ahora
tenemos. En ese tiempo estábamos apenas comenzando a aprender
cómo vivir sin el uso de la carne.
Dábamos ciertas recepciones, y teníamos gran cuidado de que
todo lo que preparábamos para la mesa fuera apetitoso y agradable-
mente servido. En la época de las frutas, solíamos obtener arándanos,
frambuesas y frutillas arrancados directamente de las plantas. Hacía-
mos que nuestro menú fuera una lección objetiva que demostrara a
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