Página 439 - Consejos Sobre el R

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Ha de darse instrucción sobre los temas de la salud
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mentablemente ignorantes con respecto a la salud y la temperancia.
Necesitan ser educadas, línea sobre línea, precepto sobre precepto.
Debe mantenerse vivo este tema delante de ellas. No debe pasarse
sobre este asunto como sobre algo que no es esencial; porque la
atención de casi cada familia necesita ser atraída sobre esta cuestión.
La conciencia debe ser alertada al deber de practicar los principios
de la verdadera reforma. Dios pide que su pueblo sea temperante en
todas las cosas. A menos que sus hijos practiquen la verdadera tem-
perancia, ellos no serán y no podrán ser susceptibles a la influencia
santificadora de la verdad.
Nuestros ministros deben familiarizarse con esta cuestión. No
deben ignorarla, ni tampoco debe ser puesta a un lado por quienes
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se llaman extremistas. Descubran ellos qué es lo que constituye la
verdadera reforma pro salud, enséñense sus principios, tanto por
precepto como por un ejemplo silencioso y consecuente. En nuestras
grandes reuniones, debe darse instrucción sobre la salud y la tempe-
rancia. Trátese de despertar el intelecto y la conciencia. Pónganse
en acción todos los talentos, y continúese la obra con publicaciones
sobre el tema. “Educad, educad, educad”, es el mensaje que ha sido
grabado en mi mente.—
Christian Temperance and Bible Hygiene,
117
;
Counsels on Health, 449 (1890)
.
781. A medida que nos acercamos al tiempo del fin, debemos
elevarnos cada vez más alto en el asunto de la reforma pro salud y la
temperancia cristiana, presentándolas de una manera más positiva y
decidida. Debemos esforzarnos constantemente por educar al pueblo,
no sólo por medio de nuestras palabras, sino por nuestras prácticas.
El precepto y la práctica combinados tienen una influencia eficaz.—
Testimonies for the Church 6:112 (1900)
.
Un llamado a los pastores, a los presidentes de asociación y a
otros dirigentes
782. Nuestros ministros deben llegar a conocer los principios
de la reforma pro salud. Necesitan llegar a familiarizarse con la
fisiología y la higiene; deberían entender las leyes que gobiernan la
vida física y su influencia sobre la salud de la mente y del alma.
Miles y miles de personas saben poco acerca del cuerpo maravi-
lloso que Dios les ha dado o acerca del cuidado que debe recibir; y