Página 219 - Consejos Sobre el R

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Sección 13—El régimen durante la infancia
Consejos basados en la instrucción divina
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339. La súplica del padre y la madre debiera ser que “nos enseñe
lo que hayamos de hacer con el niño que ha de nacer”.
Jueces 13:8
.
Hemos presentado al lector lo que Dios ha dicho concerniente a la
conducta de la madre antes del nacimiento de sus hijos. Pero esto
no es todo. El ángel Gabriel fue enviado de los atrios celestiales
para dar instrucción en cuanto al cuidado de los niños después de su
nacimiento, a fin de que los padres comprendiesen plenamente su
deber.
Más o menos en tiempo del primer advenimiento de Cristo, el
ángel Gabriel visitó a Zacarías con un mensaje similar al que había
sido dado a Manoa. Al anciano sacerdote se le dijo que su esposa
tendría un hijo, que se llamaría Juan. “Y—dijo el ángel—tendrás
gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; porque
será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del
Espíritu Santo”.
Juan 1:15
. Este niño de la promesa habría de criarse
con los hábitos de temperancia más estrictos. Se le iba a confiar una
obra importante de reforma que consistiría en preparar el camino
para Cristo.
Existía entre el pueblo la intemperancia en todas sus formas.
El hábito de beber y comer con lujuria minaba la fuerza física, y
degradaba la moral de tal manera que los crímenes más repugnantes
que se cometían no parecían pecaminosos. La voz de Juan iba a llegar
desde el desierto en son de reprensión por los hábitos pecaminosos de
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la gente, y sus propios hábitos de abstinencia iban a ser un reproche
por los excesos de su tiempo.—
The Signs of the Times, septiembre
13 de 1910
.