Capítulo 13—Los pasteles, las tortas, las pastas y los
budines
537. Los postres que requieren tanto tiempo para preparar, son,
muchos de ellos, perjudiciales para la salud.—
Special Testimonies
on Education, octubre, 1893
;
Fundamentals of Christian Education,
227
.
Una tentación al exceso
538. En demasiadas mesas, cuando el estómago ha recibido todo
lo que necesita para realizar adecuadamente su obra de nutrir el or-
ganismo, se coloca sobre ellas otros platos, consistentes en pasteles,
budines y compotas muy concentradas... Aunque ya han comido
suficiente, muchos pasarán los límites, y comerán el postre tentador,
el cual, sin embargo, resulta cualquier cosa menos bueno para ellos...
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Si los extras que se proveen para postres fueran eliminados del todo,
sería una bendición.—
Carta 73a, 1896
.
539. Debido a que está de moda, en armonía con el apetito
mórbido, se atiborra el estómago de tortas, pasteles y budines con-
centrados, y de toda cosa perjudicial. La mesa debe estar cargada de
una variedad de alimentos, o de otra suerte el apetito depravado no
puede ser satisfecho.
Por la mañana, estos esclavos del apetito a menudo tienen aliento
impuro, y una lengua cubierta de saburra. No gozan de salud, y se
preguntan por qué sufren dolores, dolor de cabeza y varios males.—
Spiritual Gifts 4:130 (1864)
.
540. La humanidad ha cultivado un deseo cada vez mayor de
consumir alimentos exquisitos, hasta el punto en que se ha convertido
en una moda recargar el estómago con toda clase de golosinas. El
apetito se gratifica especialmente en las reuniones de placer y se
hace poquísimo esfuerzo por dominarlo. Se participa de almuerzos
abundantes y de cenas servidas tarde en la noche con abundancia
de carnes muy condimentadas y servidas con salsas fuertes, con
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