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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
doné el uso de la carne. Por un tiempo fue más bien difícil acomodar
mi apetito al pan, por el cual, anteriormente, había tenido poca ape-
tencia. Pero por medio de la perseverancia, he podido hacerlo. He
vivido casi un año sin carne. Por seis meses la mayor parte del pan
que se ha puesto en nuestra mesa ha sido bollos de harina de trigo
sin cerner y no leudados, con agua y muy poca sal. Usamos frutas
y hortalizas en forma abundante. He vivido ocho meses con dos
comidas por día.
Me he dedicado a escribir la mayor parte del tiempo por más de
un año. Durante ocho meses me he limitado estrictamente a escribir.
Mi cerebro ha estado constantemente cargado, y he tenido sólo poco
ejercicio. Sin embargo mi salud nunca ha sido mejor que durante los
seis meses pasados. Mi languidez y mis vahídos anteriores me han
abandonado. Cada primavera tenía el problema de falta de apetito.
La primavera pasada no tuve ningún problema a este respecto.
Nuestra comida sencilla, tomada dos veces por día, es disfrutada
con verdadero gusto. No tenemos carne, torta, ni ningún alimento
concentrado sobre nuestra mesa. No usamos tocino, pero en su lugar
tenemos leche, crema y algo de mantequilla. Preparamos nuestros
alimentos sólo con poca sal, y hemos abandonado toda clase de espe-
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cias. Desayunamos a las siete, y tomamos nuestro almuerzo a la una.
Raramente tengo una sensación de languidez o desvanecimiento. Mi
apetito es satisfecho. Como la comida con mayor gusto que nunca
antes.—
S Gifts 4:153, 154 (1864)
.
[
Un poco de sal es esencial para la sangre—571, 572
]
La batalla para lograr la victoria
5. No he cambiado mi conducta ni en un ápice desde que adopté
la reforma pro salud. No he dado ningún paso de retroceso desde
que la luz del cielo sobre este tema brilló por primera vez en mi
camino. Abandoné todo de inmediato—la carne, la mantequilla y
una de las tres comidas—y eso mientras me ocupo en una labor
intelectual exhaustiva, escribiendo desde temprano por la mañana
hasta la puesta del sol. He disminuido a dos comidas por día sin
cambiar mi trabajo.
He sufrido mucho de diversas enfermedades, y he tenido cinco
ataques de parálisis. He tenido mi brazo izquierdo inmovilizado a mi