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Consejos Sobre el Régimen Alimenticio
cosas deplorable. La gente rara vez ha adjudicado el sufrimiento
a la verdadera causa: su propia conducta errónea. Las personas se
han complacido en un comer intemperante, y han hecho un dios
de su apetito. En todos sus hábitos han manifestado temeridad con
[145]
respecto a la salud y la vida; y cuando, como resultado, ha venido
sobre ellos la enfermedad, han creído que Dios era el autor de la
misma, en tanto que su propia conducta equivocada les ha acarreado
sus seguros resultados.—(1866) H. to L., cap. 3, p. 49
199. La enfermedad no sobreviene nunca sin causa. Descuidando
las leyes de la salud se le prepara el camino y se la invita a venir.
Muchos sufren las consecuencias de las transgresiones de sus padres.
Si bien no son responsables de lo que hicieron éstos, es, sin embargo,
su deber averiguar lo que son o no son las violaciones de las leyes
de la salud. Deberían evitar los hábitos malos de sus padres, y por
medio de una vida correcta ponerse en mejores condiciones.
Los más, sin embargo, sufren las consecuencias de su mal com-
portamiento. En su modo de comer, beber, vestir y trabajar, no hacen
caso de los principios que rigen la salud. Su transgresión de las
leyes de la naturaleza produce resultados infalibles, y cuando la
enfermedad les sobreviene, muchos no la achacan a la verdadera
causa, sino que murmuran contra Dios. Pero Dios no es responsable
de los padecimientos consiguientes al desprecio de la ley natural...
La intemperancia en el comer es a menudo causa de enferme-
dad, y lo que más necesita la naturaleza es ser aliviada de la carga
inoportuna que se le impuso.—
El Ministerio de Curación, 179, 180
(1905)
.
[
Los padres siembran semillas de enfermedad y muerte—635
]
[
La penalidad inevitable—11, 29, 30, 221, 227, 228, 250, 251,
294
]
La enfermedad sigue a la complacencia del apetito
200. Muchas personas se acarrean la enfermedad por sus excesos.
No han vivido conforme a la ley natural o a los principios de estricta
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pureza. Otros han despreciado las leyes de la salud en su modo de
comer y beber, de vestir o de trabajar.—
El Ministerio de Curación,
173 (1905)
.