Página 139 - Consejos Sobre el R

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comer en exceso
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bieran seguir funcionando bien.—
El Ministerio de Curación, 235,
236 (1905)
.
[
Los órganos pueden perder su fuerza vital aun cuando no se
sienta ningún dolor—155
]
[
Los obreros de Dios han de practicar la temperancia en el
comer—117
]
[
E. G. de White no habría podido pedir la bendición de Dios
[160]
sobre su trabajo si ella hubiera comido en exceso.—
Apéndice I:7
.
]
La causa de la debilidad física y mental
219. Como pueblo, con toda nuestra profesión de la reforma
pro salud, comemos demasiado. La complacencia del apetito es la
mayor causa de debilidad física y mental, y comparte en gran medida
la culpa de la debilidad que es evidente por doquiera.—
Christian
Temperance and Bible Hygiene, 154 (1890)
.
220. Muchos que han adoptado la reforma pro salud han aban-
donado todo lo que es perjudicial; ¿pero por el hecho de que hayan
abandonado estas cosas, se sigue que pueden comer tanto como les
plazca? Se sientan a la mesa, y en vez de considerar cuánto debieran
comer, se entregan al apetito y comen con gran exceso. Y el estóma-
go tiene todo lo que puede hacer, o todo lo que debe hacer, durante
todo el día, para deshacerse de la carga que se le ha impuesto. Todo
el alimento, puesto en el estómago, del cual el organismo no puede
derivar beneficio, es una carga para la naturaleza en su trabajo. Traba
la maquinaria viviente. El organismo es entorpecido, y no puede
llevar a cabo con éxito su obra. Los órganos vitales son innecesaria-
mente sobrecargados, y la energía nerviosa del cerebro es llamada
al estómago para ayudar a los órganos digestivos a realizar su tarea
de deshacerse de una cantidad de alimento que no produce ningún
beneficio para el cuerpo...
¿Y qué influencia tiene la sobrealimentación sobre el estómago?
Se debilita, los órganos digestivos pierden su fuerza, y el resultado
es la enfermedad de los mismos con toda su estela de males. Si las
personas ya estuvieran enfermas, de esta manera acrecientan sus
dificultades, y disminuyen su vitalidad cada día que viven. Exigen
de sus poderes vitales una acción innecesaria para hacerse cargo del
[161]
alimento que colocan en sus estómagos. ¡Qué condición terrible!