Razones de la reforma
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tercer ángel. Tienen una obra que hacer en favor de sí mismos que
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no deben dejar para que Dios la haga por ellos. El ha reservado
esta obra para que ellos la hicieran. Es una obra individual; uno no
puede hacerla por otro. “Así que, amados, puesto que tenemos tales
promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios”. La glotonería es el
pecado prevaleciente en esta era. El apetito pecaminoso convierte en
esclavos a hombres y mujeres, entenebrece sus intelectos y entorpece
sus sensibilidades morales hasta un grado tal que las sagradas y altas
verdades de la Palabra de Dios no son apreciadas. Las propensiones
inferiores han dominado a hombres y mujeres.
A fin de estar listos para la traslación, los hijos de Dios deben
conocerse a sí mismos. Deben tener una comprensión de su propia
estructura física, para que junto con el salmista puedan exclamar: “Te
alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras”.
Salmos
139:14
. Siempre deben tener el apetito en sujeción a los órganos
morales e intelectuales. El cuerpo debe ser siervo de la mente, y
no la mente del cuerpo.—
Testimonies for the Church 1:486, 487
(1867)
.
Preparación para el refrigerio
36. Dios exige que sus hijos se limpien a sí mismos de toda
inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en
el temor del Señor. Todos los que sean indiferentes y se disculpen
por no hacer esta obra, esperando que el Señor haga por ellos lo que
él exige que ellos hagan por sí mismos, serán hallados faltos cuando
los mansos de la tierra, que han puesto por obra sus juicios, sean
escondidos en el día de la ira del Señor.
Se me mostró que si el pueblo de Dios no hace esfuerzos de su
parte, sino que espera que venga el refrigerio y quite sus errores
y corrija sus equivocaciones; si depende de ello para limpiarse de
la inmundicia de la carne y del espíritu, a fin de estar preparado
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para empeñarse en el fuerte clamor del tercer ángel, será hallado
falto. El refrigerio, o sea el poder de Dios, viene solamente sobre
los que se hallan preparados para él haciendo la tarea que Dios
les pide, es a saber, limpiarse a sí mismos de toda inmundicia de