En la encrucijada de los caminos
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espíritu del mundo no está más en armonía con el espíritu de Cristo
que en tiempos antiguos; y los que predican la Palabra de Dios en
toda su pureza no encontrarán mejor acogida ahora que entonces.
Las formas de oposición a la verdad pueden cambiar, la enemistad
puede ser menos aparente en sus ataques porque es más sutil; pero
existe el mismo antagonismo que seguirá manifestándose hasta el
fin de los siglos.
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