Página 323 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Una profecía significativa
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del capítulo octavo, que no había sido explicado, a saber, el que se
refería al tiempo: el período de los 2.300 días; por consiguiente,
el ángel, reanudando su explicación, se espacia en la cuestión del
tiempo:
“Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu
santa ciudad [...]. Sepas pues y entiendas, que desde la salida de la
palabra para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe,
habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; tornaráse a edificar la
plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta
y dos semanas se quitará la vida al Mesías, y no por sí [...]. Y en
otra semana confirmará el pacto a muchos, y a la mitad de la semana
hará cesar el sacrificio y la ofrenda”.
Daniel 9:24-27
.
El ángel había sido enviado a Daniel con el objeto expreso de que
le explicara el punto que no había logrado comprender en la visión
del capítulo octavo, el dato relativo al tiempo: “Hasta dos mil y
trescientas tardes y mañanas; entonces será purificado el santuario”.
Después de mandar a Daniel que “entienda” “la palabra” y que
alcance inteligencia de “la visión”, las primeras palabras del ángel
son: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre
tu santa ciudad”.
La palabra traducida aquí por “determinadas”, significa literal-
mente “descontadas”. El ángel declara que setenta semanas, que
representaban 490 años, debían ser descontadas por pertenecer espe-
cialmente a los judíos. ¿Pero de dónde fueron descontadas? Como
los 2.300 días son el único período de tiempo mencionado en el
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capítulo octavo, deben constituir el período del que fueron desconta-
das las setenta semanas; las setenta semanas deben por consiguiente
formar parte de los 2.300 días, y ambos períodos deben comenzar
juntos. El ángel declaró que las setenta semanas datan del momento
en que salió el edicto para reedificar a Jerusalén. Si se puede encon-
trar la fecha de aquel edicto, queda fijado el punto de partida del
gran período de los 2.300 días.
Ese decreto se encuentra en el capítulo séptimo de Esdras.
Vers.
12-26
. Fue expedido en su forma más completa por Artajerjes, rey
de Persia, en el año 457 a. C. Pero en (
Esdras 6:14
) se dice que la
casa del Señor fue edificada en Jerusalén “por mandamiento de Ciro,
y de Darío y de Artajerjes rey de Persia”. Estos tres reyes, al expedir
el decreto y al confirmarlo y completarlo, lo pusieron en la condición