Página 381 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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Una amonestación rechazada
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te a las iglesias de los Estados Unidos de Norteamérica, donde la
amonestación del juicio había sido también más ampliamente pro-
clamada y más generalmente rechazada, y donde el decaimiento de
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las iglesias había sido más rápido. Pero el mensaje del segundo ángel
no alcanzó su cumplimiento total en 1844. Las iglesias decayeron
entonces moralmente por haber rechazado la luz del mensaje del
advenimiento; pero este decaimiento no fue completo. A medida
que continuaron rechazando las verdades especiales para nuestro
tiempo, fueron decayendo más y más. Sin embargo aún no se puede
decir: “¡Caída, caída es la gran Babilonia, la cual ha hecho que todas
las naciones beban del vino de la ira de su fornicación!” Aún no ha
dado de beber a todas las naciones. El espíritu de conformidad con
el mundo y de indiferencia hacia las verdades que deben servir de
prueba en nuestro tiempo, existe y ha estado ganando terreno en las
iglesias protestantes de todos los países de la cristiandad; y estas
iglesias están incluidas en la solemne y terrible amonestación del
segundo ángel. Pero la apostasía aún no ha culminado.
La Biblia declara que antes de la venida del Señor, Satanás
obrará con todo poder, y con señales, y con maravillas mentirosas, y
con todo el artificio de la injusticia”, y que todos aquellos que “no
admitieron el amor de la verdad para” ser “salvos”, serán dejados
para que reciban “la eficaz operación de error, a fin de que crean a
la mentira”.
2 Tesalonicenses 2:9-11 (VM)
. La caída de Babilonia
no será completa sino cuando la iglesia se encuentre en este estado,
y la unión de la iglesia con el mundo se haya consumado en toda la
cristiandad. El cambio es progresivo, y el cumplimiento perfecto de
Apocalipsis 14:8
está aún reservado para lo por venir.
A pesar de las tinieblas espirituales y del alejamiento de Dios
que se observan en las iglesias que constituyen Babilonia, la mayoría
de los verdaderos discípulos de Cristo se encuentran aún en el seno
de ellas. Muchos de ellos no han oído nunca proclamar las verdades
especiales para nuestro tiempo. No pocos están descontentos con su
estado actual y tienen sed de más luz. En vano buscan el espíritu de
Cristo en las iglesias a las cuales pertenecen. Como estas congrega-
ciones se apartan más y más de la verdad y se van uniendo más y
más con el mundo, la diferencia entre ambas categorías de cristianos
se irá acentuando hasta quedar consumada la separación. Llegará
el día en que los que aman a Dios sobre todas las cosas no podrán