Página 465 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El juicio investigador
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Los justos ya muertos no serán resucitados más que después del
juicio en el cual habrán sido juzgados dignos de la “resurrección de
vida”. No estarán pues presentes en persona ante el tribunal cuando
sus registros sean examinados y sus causas falladas.
Jesús aparecerá como el abogado de ellos, para interceder en
su favor ante Dios. “Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos
para con el Padre, a saber Jesucristo el justo”.
1 Juan 2:1
. “Porque
no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera
representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presen-
tarse ahora delante de Dios por nosotros”. “Por lo cual también,
puede salvar hasta lo sumo a los que se acercan a Dios por medio de
él, viviendo siempre para interceder por ellos”.
Hebreos 9:24
;
7:25
(VM)
.
A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio,
las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios
para ser examinadas por él. Empezando con los que vivieron los
primeros en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada
generación sucesiva, y termina con los vivos.
Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente inves-
tigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados.
En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de
los cuales no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados,
su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus
buenas obras será borrada de los registros de Dios. El Señor declaró
a Moisés: “Al que haya pecado contra mí, a este borraré de mi li-
bro”.
Éxodo 32:33 (VM)
. Y el profeta Ezequiel dice: “Si el justo se
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apartare de su justicia, y cometiere maldad, [...] todas las justicias
que hizo no vendrán en memoria”.
Ezequiel 18:4
.
A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su
pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su
sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres
en los libros del cielo; como llegaron a ser partícipes de la justicia
de Cristo y su carácter está en armonía con la ley de Dios, sus
pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de
la vida eterna. El Señor declara por el profeta Isaías: “Yo, yo soy
aquel que borro tus transgresiones a causa de mí mismo, y no me
acordaré más de tus pecados”.
Isaías 43:25 (VM)
. Jesús dijo: “El
que venciere, será así revestido de ropas blancas; y no borraré su