Página 581 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El mensaje final de Dios
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de extensión universal y de poder extraordinario. El movimiento
adventista de 1840 a 1844 fue una manifestación gloriosa del poder
divino; el mensaje del primer ángel fue llevado a todas las estaciones
misioneras de la tierra, y en algunos países se distinguió por el mayor
interés religioso que se haya visto en país cualquiera desde el tiempo
de la Reforma del siglo XVI; pero todo esto será superado por el
poderoso movimiento que ha de desarrollarse bajo la proclamación
de la última amonestación del tercer ángel.
Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pente-
costés. Como la “lluvia temprana” fue dada en tiempo de la efusión
del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer
crecer la preciosa semilla, así la “lluvia tardía” será dada al final de
dicho ministerio para hacer madurar la cosecha. “Y conoceremos, y
proseguiremos en conocer a Jehová: como el alba está aparejada su
salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y
temprana a la tierra”. “Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y
gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia
arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y
tardía como al principio”. “Y será en los postreros días, dice Dios,
derramaré de mi Espíritu sobre toda carne”. “Y será que todo aquel
que invocare el nombre del Señor, será salvo”.
Oseas 6:3
;
Joel 2:23
;
Hechos 2:17, 21
.
La gran obra de evangelización no terminará con menor mani-
festación del poder divino que la que señaló el principio de ella. Las
profecías que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia
temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a
cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio. Esos
son los “tiempos de refrigerio” en que pensaba el apóstol Pedro
cuando dijo: “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borra-
dos vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio
de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo”.
Hechos 3:19, 20
.
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Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplan-
decientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar
para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el
mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sa-
narán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también
efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del cielo
a la vista de los hombres.
Apocalipsis 13:13
. Es así como los ha-