Página 623 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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La desolación de la tierra
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él, porque no engañe más a las naciones, hasta que mil años sean
cumplidos: y después de esto es necesario que sea desatado un poco
de tiempo”.
Apocalipsis 20:1-3
.
Según se desprende de otros pasajes bíblicos, es de toda evi-
dencia que la expresión “abismo” se refiere a la tierra en estado
de confusión y tinieblas. Respecto a la condición de la tierra “en
el principio”, la narración bíblica dice que “estaba desordenada y
vacía; y las tinieblas estaban sobre la haz del abismo”.
Génesis 1:2
.
Las profecías enseñan que será reducida, en parte por lo menos, a
ese estado. Contemplando a través de los siglos el gran día de Dios,
el profeta Jeremías dice: “Miro hacia la tierra, y he aquí que está
desolada y vacía; también hacia los cielos miro, mas no hay luz en
ellos. Miro las montañas, y he aquí que están temblando, y todas
las colinas se conmueven. Miro, y he aquí que no parece hombre
alguno, y todas las aves del cielo se han fugado. Miro, y he aquí
el campo fructífero convertido en un desierto, y todas sus ciudades
derribadas”.
Jeremías 4:23-26 (VM)
.
Aquí es donde, con sus malos ángeles, Satanás hará su morada
durante mil años. Limitado a la tierra, no podrá ir a otros mundos
para tentar e incomodar a los que nunca cayeron. En este sentido es
cómo está atado: no queda nadie en quien pueda ejercer su poder.
Le es del todo imposible seguir en la obra de engaño y ruina que por
tantos siglos fue su único deleite.
El profeta Isaías, mirando hacia lo por venir, ve en lontananza
el tiempo en que Satanás será derrocado, y exclama: “¡Cómo caíste
de los cielos, oh Lucero, hijo de la aurora! ¡has sido derribado por
tierra, tú que abatiste las naciones! [...] Tú eres aquel que dijiste en
tu corazón: ¡Al cielo subiré; sobre las estrellas de Dios ensalzaré mi
trono!” “¡Seré semejante al Altísimo! ¡Pero ciertamente al infierno
serás abatido, a los lados del hoyo! Los que te vieren clavarán en ti
la vista, y de ti se cerciorarán, diciendo: ¿Es este el varón que hizo
temblar la tierra, que sacudió los reinos; que convirtió el mundo en
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un desierto, y destruyó sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los
soltaba, para que volviesen a casa?”
Isaías 14:12-17 (VM)
.
Durante seis mil años, la obra de rebelión de Satanás “hizo tem-
blar la tierra”. Él “convirtió el mundo en un desierto, y destruyó sus
ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba, para que volviesen
a casa”. Durante seis mil años, su prisión [la tumba] ha recibido al