Página 622 - El Conflicto de los Siglos (2007)

Basic HTML Version

618
El Conflicto de los Siglos
la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y
dispersará sus habitantes”. “La tierra será enteramente vaciada y
completamente saqueada; porque Jehová ha hablado esta palabra”.
“Porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el
pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que
habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes
de la tierra”.
Isaías 24:1, 3, 5, 6 (VM)
.
Toda la tierra tiene el aspecto desolado de un desierto. Las ruinas
de las ciudades y aldeas destruidas por el terremoto, los árboles
desarraigados, las rocas escabrosas arrojadas por el mar o arrancadas
de la misma tierra, están esparcidas por la superficie de esta, al
paso que grandes cuevas señalan el sitio donde las montañas fueron
rasgadas desde sus cimientos.
Ahora se realiza el acontecimiento predicho por el último so-
lemne servicio del día de las expiaciones. Una vez terminado el
servicio que se cumplía en el lugar santísimo, y cuando los pecados
de Israel habían sido quitados del santuario por virtud de la sangre
del sacrificio por el pecado, entonces el macho cabrío emisario era
ofrecido vivo ante el Señor; y en presencia de la congregación el
sumo sacerdote confesaba sobre él “todas las iniquidades de los
hijos de Israel, y todas sus transgresiones, a causa de todos sus pe-
cados, cargándolos así sobre la cabeza del macho cabrío”.
Levítico
16:21 (VM)
. Asimismo, cuando el servicio de propiciación haya
terminado en el santuario celestial, entonces, en presencia de Dios y
de los santos ángeles y de la hueste de los redimidos, los pecados del
pueblo de Dios serán puestos sobre Satanás; se le declarará culpable
de todo el mal que les ha hecho cometer. Y así como el macho cabrío
emisario era despachado a un lugar desierto, así también Satanás
será desterrado en la tierra desolada, sin habitantes y convertida en
un desierto horroroso.
[640]
El autor del Apocalipsis predice el destierro de Satanás y el
estado caótico y de desolación a que será reducida la tierra; y declara
que este estado de cosas subsistirá por mil años. Después de descritas
las escenas de la segunda venida del Señor y la destrucción de los
impíos, la profecía prosigue: “Y vi un ángel descender del cielo, que
tenía la llave del abismo, y una grande cadena en su mano. Y prendió
al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y
le ató por mil años; y arrojólo al abismo, y le encerró, y selló sobre