Página 646 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
Londres, 1870). Véase además J. Lewis,
History of the Life and
Sufferings of J. Wiclif
, pp. 49-51, 305-314 (ed. de 1820); Lechler,
Johann v. Wiclif und die Vorgeschichte der Reformation
, cap. 5, sec. 2
(Leipzig, 1873); A. Neander,
Allgemeine Geschichte der christlichen
Religion und Kirche
, tomo 6, sec. 2, parte 1, párr. 8 (pp. 276, 277,
ed. de Hamburgo, 1852).
65
INFALIBILIDAD
—Respecto a la doctrina de la infalibi-
lidad, véase el art. “Infalibilidad”, en el
Diccionario de ciencias
eclesiásticas
, de Perujo y Angulo; G. Salmon,
The Infallibility of the
Church
; cardenal Gibbons,
The Faith of Our Fathers
, cap. 7 (ed. 49
de 1897); C. Elliott,
Delineation of Roman Catholicism
, lib. 1, cap.
4.
78
INDULGENCIAS
—Véase la nota para la página 45.
78
CONCILIO DE CONSTANZA
—Respecto a la convoca-
ción del concilio de Constanza por el papa Juan XXIII, a instancias
del emperador Segismundo, véase Mosheim,
Histoire ecclésiastique
,
lib. 35 siglo 15, parte 2, cap. 2, sec. 3, p. 414 (ed. de Maestricht,
1776); Neander,
Allgemeine Geschichte der christlichen Religion
und Kirche
, tomo 6, sec. 1; A. Bower,
History, of the Popes
, tomo 7,
pp. 141-143 (ed. de Londres, 1776).
96
INDULGENCIAS
—Véase la nota para la página 45.
[664]
PÁG. 173
JESUITISMO
—Con referencia a los orígenes, princi-
pios y fines de la “Sociedad de Jesús”, como lo exponen sus mismos
miembros, véase la obra titulada
Historia de la Compañía de Jesús
,
de Cretinean-Goli, vertida del francés y publicada en Barcelona,
en 1853, con aprobación del ordinario. En ella dice que “el que se
ofrece espontáneamente a entrar en el noviciado debe al momento
renunciar su voluntad propia, su familia y todo cuanto el hombre
aprecia sobre la tierra”, y que las constituciones de la compañía
hacen “de la obediencia más absoluta una palanca cuya acción ince-
sante y universal ha debido preocupar a todos los políticos” (tomo 1,
cap. 2, pp. 25, 28).
El mismo Ignacio de Loyola dice: “Que cada cual se convenza
de que cuantos viven bajo el voto de obediencia deben dejarse llevar
y dirigir por la divina Providencia y sus instrumentos, los superiores,
tal cual si fueran cadáveres que se dejan llevar a cualquier parte y
tratar de cualquier modo, o como el bastón que un anciano tiene en
la mano y maneja como le da la gana”.