Página 650 - El Conflicto de los Siglos (2007)

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El Conflicto de los Siglos
han distribuido en el mundo. Basta decir que son muchos cientos
de millones de Biblias, en más de 1.300 idiomas y dialectos; y la
labor de traducirlas en nuevos idiomas y dialectos se prosigue aún
con celo incansable.
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MISIONES EN EL EXTRANJERO
—El Dr. G. P. Fisher,
en un capítulo sobre las misiones cristianas en su obra
History
of the Christian Church
, bosqueja los comienzos del movimiento
misionero, el cual, en “los últimos años del siglo XVIII, inició una
época de brillante actividad misionera, que, en la historia de las
misiones, no es superada más que por la primera de la era cristiana”.
En 1792, “se fundó la Sociedad Bautista, de la cual Carey fue uno de
los primeros misioneros. Carey se embarcó para la India, donde, con
la ayuda de otros miembros de la misma sociedad, fundó la misión de
Serampore”. En 1795, se fundó la Sociedad de Misiones de Londres;
en 1799, quedó formalmente constituida “la organización que en
1812 se convirtió en Sociedad de Misiones de la Iglesia”. Poco
después quedó fundada la Sociedad de Misiones Wesleyanas.
“Mientras la actividad misionera crecía en Gran Bretaña, los
cristianos de Norteamérica se animaban del mismo celo”. En 1812,
fundaron la Junta Americana de Comisionados para las Misiones
Extranjeras; y en 1814, la Unión Misionera Bautista Americana.
Adoniram Judson, uno de los primeros misioneros salidos de los
Estados Unidos, se embarcó para Calcuta en 1812, y llegó a Birmania
en julio de 1813. En 1837, quedó constituida la Junta Presbiteriana
(véase Fisher,
History of the Christian Church
, período 9, cap. 7,
párrs. 325).
El Dr. A. T. Pierson, en un artículo publicado en la
Missionary
Review of the World
, número correspondiente a enero de 1910, decla-
ra: “Hace medio siglo, China y Manchuria, Japón y Corea, Turquía
y Arabia, y hasta el dilatado continente africano, dormían, naciones
ermitañas, encerradas en la calma de largo aislamiento y exclusión.
El Asia central estaba comparativamente inexplorada, lo mismo que
el África central. En muchos países ni se le disputaba a Satanás
su larga permanencia ni su imperio. Los países papales eran tan
intolerantes como los paganos; Italia y España encarcelaban a quien
se atrevía a vender una Biblia, o a predicar el evangelio. Francia era
de hecho incrédula, y Alemania estaba imbuida de racionalismo;
y en gran parte del campo misionero, las puertas estaban cerradas